KABUL.- Los esposos Joshua Boyle y Caitlin Coleman, secuestrados por los talibanes en Afganistán en el 2012, están bajo amenaza de muerte de los terroristas que exigen cambiar el trato a sus cómplices presos tras la ejecución de varios de ellos.
Después de cuatro años en cautiverio, en los que tuvieron dos hijos, hicieron un llamado desesperado al gobierno afgano para que cambie su política penitenciaria, mediante un video que sus familiares difundieron en las últimas horas.
«Se nos ha dicho que el gobierno afgano ha ejecutado a algunos de sus prisioneros… nuestros captores temen la idea de futuras ejecuciones o muertes», señaló Joshua en la grabación.
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«A causa de su temor, están dispuestos a matarnos a nosotros, a mujeres, niños, y a quien sea, con el objetivo de que esas políticas sean revertidas o, si no, tomarán venganza», agregó el canadiense de 33 años, quien en la filmación se muestra con una larga barba, pálido y visiblemente cansado.
Su mujer, Caitlin, estadounidense oriunda de Pensilvania, de 31 años, durante su intervención en el video no levantó la mirada del suelo.
Durante sus cuatro años de cautiverio, Caitlin dio a luz a dos hijos, quienes también están amenazados de muerte por los talibanes, consigna el diario The Mirror.
En julio de este año, los padres de Coleman revelaron que recibieron una carta en la que se les informaba el nacimiento del segundo hijo de Joshua y Caitlin en cautiverio.
Hasta el momento ninguno de los niños apareció en los videos publicados por los talibanes junto a sus padres.
Boyle estuvo casado con Zaynab Khadr, la hermana mayor de Omar Khadr, un ciudadano canadiense que fue prisionero de Guantánamo durante diez años, luego de haber sido capturado por las tropas norteamericanas en el 2002.
Sin embargo, las autoridades norteamericanas descartaron cualquier vínculo entre esa relación pasada y la detención en tierras afganas, por lo que consideran la situación como «una terrible coincidencia». (ECHA – Agencias)
Llamado de los de los rehenes