Doce días después de la clausura de los Juegos Olímpicos de 2016, la ciudad brasileña de Río de Janeiro tiene hoy cara de sede de Juegos Paralímpicos, con las instalaciones ya adaptadas para las exigencias de los paradeportistas y hasta el símbolo de su movimiento expuesto en las arenas de Copacabana.
Justo en el momento en que las primeras delegaciones comenzaron a ocupar la Villa Paralímpica para unos Juegos que serán inaugurados el 7 de septiembre, Río de Janeiro inauguró este viernes en Copacabana, la playa más emblemática de Brasil, una gigantesca escultura de los Agitos, como es conocido el principal símbolo del movimiento paralímpico.
Se trata de una escultura de cuatro metros de altura y tres metros de ancho de plástico reciclado que, además de los colores característicos de las tres líneas en forma de boomerang que simbolizan los Juegos Paralímpicos, cuentan con una textura especial para poder ser apreciados por personas con deficiencia visual y emiten un olor propio.
Los Agitos fueron clavados en el mismo lugar de la playa de Copacabana en donde durante más de un mes una escultura de los anillos olímpicos atrajo a multitudes que querían tomarse una foto junto al símbolo de los Juegos Olímpicos.
La escultura de la artista plástica Elisa Brasil en asociación con el diseñador Tejota Bastos fue elaborada con la intención de despertar todos los sentidos y no sólo la vista, según sus creadores.
De esa forma, el agito azul, por ejemplo, fue fabricado con botellas de plástico de suavizantes de ropa recicladas, que le dan un olor inconfundible, y cubierta con una tela especial que la dota de una textura propia. Los otros dos agitos también ofrecen aromas, texturas y sensaciones propias.
«Tan pronto como desembarqué en Río de Janeiro, en la noche del miércoles, percibí que la ciudad está con la cara y la energía de los Juegos Paralímpicos», afirmó el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Phillip Craven, en la ceremonia de inauguración de la escultura.
Craven dijo que otra prueba de que Río de Janeiro ya tiene cara de sede de Juegos Paralímpicos es la fuerte demanda en los últimos días por entradas para las competiciones.
Hasta hace dos semanas los organizadores se quejaban de que sólo se había vendido el 12% de las entradas y de que necesitarían ayuda pública para financiar algunos gastos, pero esta semana el número de boletos vendidos llegaba a 1.5 millones, de entre los 2.5 millones disponibles.
La ciudad también ha realizado algunas obras para la transición de los Juegos Olímpicos a los Juegos Paralímpicos debido a que las instalaciones tienen características diferentes.
Uno de los gimnasios para el tenis en el Parque Olímpico fue remodelado debido a que a partir de la próxima semana albergará los partidos de fútbol 5, la modalidad destinada a los deficientes visuales y cuyas entradas ya se agotaron.
La municipalidad también comenzó a desmontar algunas estructuras que no serán usadas en los Juegos Paralímpicos, como el pabellón provisional instalado en la playa de Copacabana para las competiciones de voley playa.
La distribución en la antigua Villa Olímpica también fue replanteada porque ya no serán necesarios los cerca de 11,500 cupos para los deportistas olímpicos, sino 4,300 para los paralímpicos, que tienen necesidades especiales.
Las 32 instalaciones usadas para las competiciones de 42 modalidades olímpicas fueron reducidas a 21 para 23 modalidades paralímpicas.
Entre las instalaciones ya desactivadas también figuran el Campo Olímpico de Golf, el Centro Olímpico de Hockey, la Arena de la Juventud y la Pista Olímpica de Mountain Bike.
EFE/ Carlos Moreno