CHINA.- En la víspera del inicio de la cumbre de jefes de Gobierno del G20 de Hangzhou, el presidente chino, Xi Jinping, instó hoy sábado a sus participantes a que busquen recetas para dinamizar la economía global y frenen el proteccionismo.
Líderes de todo el mundo comenzaron a congregarse a lo largo de la jornada en esta ciudad del este de China, convertida en capital diplomática del mundo gracias a una frenética actividad centrada en la guerra de Siria, la recuperación económica o el cambio climático.
Xi Jinping, al inaugurar un foro empresarial previo a la cumbre, estableció para el G20 una agenda dominada por los asuntos económicos y pidió al resto de líderes que garanticen la estabilidad en los mercados financieros y un comercio mundial «abierto y transparente».
China, que en condición de país anfitrión marcará la pauta de las discusiones, aspira a que la política no «distraiga» a los participantes de su gran objetivo en la cumbre: convertir el G20 en el foro económico internacional de referencia para coordinar medidas de impulso del crecimiento y fijar las estrategias a largo plazo.
El G20, dijo Xi Jinping, «no solo pertenece a sus miembros, sino al mundo entero».
En ese sentido, el presidente chino aseguró que las principales economías desarrolladas y emergentes del planeta deberían aspirar a que los beneficios del crecimiento económico y el desarrollo humano se extiendan a todos los países y pueblos.
«Este es un mensaje que nos gustaría enviar a toda la comunidad internacional», recalcó: «Queremos que toda la gente, especialmente en los países en desarrollo, disfrute de una vida mejor cada día», para lo que deseó que la cumbre de Hangzhou promueva un crecimiento económico «robusto, sostenible, equilibrado e inclusivo».
En el plano económico, la ralentización de China preocupa dentro y fuera del país, pero el mandatario resaltó hoy sábado que la segunda economía mundial está ante un «nuevo punto de partida», una transición que ha de afrontar porque «el miedo a avanzar es una oportunidad perdida».
«Tenemos la resolución de hacer autoajustes dolorosos y abordar los problemas que se han creado (en China) a lo largo de muchos años», subrayó Xi Jinping, quien reconoció que el modelo económico de su país, que le ha permitido crecer a tasas cercanas al 10 por ciento durante 30 años, «ya no es sostenible».
Xi Jinping también admitió los problemas de exceso de capacidad que sufre la industria pesada del gigante asiático, aunque afirmó que se trata de un fenómeno global, y se comprometió a plantearlos en las sesiones plenarias, como también las trabas al libre comercio o a la inversión.
Las consecuencias del Brexit, el terrorismo internacional, la situación en Turquía tras el fallido golpe de Estado, las tensiones en Ucrania, los ensayos nucleares de Corea del Norte y las disputas marítimas entre China y sus vecinos son otras cuestiones que captarán la atención de los principales líderes del globo.
EFE