VIENTIÁN.- El gobierno de Filipinas espera que esta noche se produzca una reunión «informal» el presidente Barack Obama y su homólogo filipino, Rodrigo Duterte, quien se disculpó por insultos vertidos cuando partió de Manila.
Casualmente, según las autoridades filipinas, está previsto que Obama se siente esta noche en la cena de gala en Vientián junto a Duterte, que ha pedido disculpas públicas por lo que considera una mala interpretación de sus palabras.
Obama adelantó que, de llegarse un diálogo, tratará el espinoso tema de los derechos humanos en la lucha antidrogas, tema que hizo perder los papeles al mandatario filipino.
Con ánimo relajado, Barack Obama se sacó los zapatos para recorrer antiguos templos budistas y mercados, como un homenaje a la cultura local para buscar consolidar los lazos bilaterales.
Obama saludó a los monjes del complejo Wat Xieng Thong, ubicado Luang Prabang y conocido como el Templo de la Ciudad Dorada. Luego intentó estrechar la mano de unos chicos vestidos con túnicas, pero fue informado por su guía de que el saludo no es habitual en la zona. Por ello, se tomó una foto con el grupo y continuó haciendo compras para sus hijas.
Al salir de un local, vestido de manera informal (sin zapatos tras recorrer el templo), caminó bebiendo de un coco, en una imagen que se viralizó rápidamente.
La visita de Obama a Luang Prabang, en el norte montañoso de Laos, ayudó a llamar la atención sobre una rica herencia cultural y religiosa poco conocida en Occidente. El mandatario prometió que su país cumplirá su «profunda obligación moral y humanitaria» para limpiar millones de bombas sin detonar que quedan en Laos.
La ciudad de Luang Prabang, situada junto al río Mekong y reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, fue un centro budista en el reino de Lan Xang a partir del siglo XIV.
Más tarde, respondió preguntas de jóvenes del sudeste asiático durante un acto en una universidad local. El presidente dijo que Estados Unidos podría ser una fuerza mayor por el bien pero se ha visto limitado por el hecho de que muchos estadounidenses saben muy poco sobre otros países. (ECHA – Agencias)