A raíz de la fuga de Martín Belaunde Lossio, repasemos dos de los escapes más escandalosos de las últimas décadas.
Otro canal para la mafia
Uno de los «vladivideos» más celebres fue el protagonizado por Ernesto Schutz, dueño de Panamericana Televisión, recibiendo dinero de Vladimiro Montesinos Torres para vender la línea editorial de su canal y ponerla al servicio del ahora presidiario Alberto Fujimori.
Una vez que se emitió el video, Schutz emprendió la fuga. En la madrugada del 1 de octubre de 2001, Schutz huye de Lima y cruza la frontera por Tacna con rumbo a Chile, luego de sobornos a un empleado de Migraciones, para no ser registrado. De Chile viaja por avión hasta Argentina.
Ernesto Schütz es capturado en el aeropuerto de Ezeiza el 3 de octubre, a las afueras de Buenos Aires, a bordo de un avión que lo llevaría a Suiza. El Perú pide de inmediato su extradición.
Ernesto Schützi fugó de Buenos Aires en momentos en que era inminente su extradición al Perú para responder por sus vínculos con Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori, y, desde hace algunos años, se refugió en Ginebra, ya que tiene nacionalidad suiza.
El prófugo se siente bastante cómodo por tierras helvéticas, pues Suiza tiene bastante reparo para permitir la extradición de uno de sus nacionales.
Se fue y renunció vía fax
La fuga y renuncia del presidiario Alberto Fujimori no fue intempestiva como pretendía hacer creer el, exdictador. Ante el descubrimiento de 48 millones de dólares a su asesor Montesinos en un banco suizo, y la posibilidad de que fuera juzgado por hechos de corrupción, Fujimori comenzó a borrar las huellas del delito y planear su viaje sin retorno.
El 7 de noviembre del 2000, Fujimori ordenó a sus edecanes que las maletas incautadas ilegalmente en la casa de Montesinos, y que contenían “vladivideos”, fueran trasladadas al Grupo Aéreo Nº 8 donde Fujimori y su cuñado Víctor Aritomi aguardaban.
Dos días después, el 9 de noviembre, acosado por la prensa, admitió que había solicitado una autorización para que el avión presidencial aterrizara en los Estados Unidos, negando que fuera un plan de escape sino una visita postergada a sus hijos que residían allá.
Después de un silencio sepulcral de 3 días, el 13 de noviembre, y sin mayor anuncio, Fujimori abandonó Palacio de Gobierno para abordar el avión presidencial mientras sus voceros desviaban a los periodistas hacia la casa de verano de Montesinos.
Oficialmente, el dictador viajaba a Brunei para participar en el Apec, y luego a Panamá para estar en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. Sin embargo, Fujimori no viajó a Panamá y sólo permanecería un día en Brunei para finalmente detenerse en Japón, donde haría valer su condición de ciudadano japonés.