MONTEVIDEO.- Activistas de los DDHH reclamaron la «responsabilidad del Gobierno» uruguayo en la situación del ex reo de Guantánamo Jihad Ahmad Diyab, acogido como refugiado en Uruguay desde el 2014 y en huelga de hambre buscando ser admitido en algún país del mundo árabe.
La activista uruguaya Irma Leite dijo que Diyab «se está muriendo tirado en un colchón, no se quiere quedar en el país», en declaraciones a la emisora local Radio Uruguay.
Para Leite la «responsabilidad absoluta es del Estado uruguayo y del Gobierno de Estados Unidos» y señaló que esta situación es producto de un «convenio secreto» entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el exmandatario del país suramericano José Mujica (2010-2015).
Para la activista, Estados Unidos podría gestionar el ingreso de Diyab en cualquier país del mundo con solo «levantar un teléfono».
El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, participó en una reunión este jueves con varios miembros de distintas asociaciones de derechos humanos en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores del país suramericano, en Montevideo.
Uno de los participantes en ese encuentro, el abogado Pablo Chargoñia, destacó a la prensa que «Diyab se está muriendo» y que «hay una responsabilidad del Gobierno para que esto no ocurra».
«Si no se cumple con lo que pide, está decidido a morir», aseveró.
El Gobierno de Uruguay maneja varios «países del mundo árabe» para que lo acepten en su territorio, según Christian Mirza, nexo entre el Gobierno uruguayo y el expresidiario.
Mirza recalcó que se encuentra en «contacto directo y cotidiano» con el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el asunto y que le consta «firmemente que el Gobierno está haciendo el máximo esfuerzo para conseguir ese país».
Diyab abandonó el país a mediados de junio y a fines de julio se presentó en el Consulado uruguayo en Caracas, donde pidió ser trasladado a un tercer país distinto a Uruguay para reunirse con su familia, pero a la salida de dicha sede diplomática fue detenido por las autoridades venezolanas y deportado a Uruguay semanas después.
«Él empezó la huelga de hambre en Venezuela porque se dio cuenta de que le iban a deportar. Él lo empezó como hace 25 días. Y sin ingerir líquidos ya son 6 días», afirmaron activistas allegados al expreso.
Diyab, junto a otros tres sirios, un tunecino y un palestino fueron acogidos en Uruguay en diciembre de 2014 como parte del compromiso del entonces presidente uruguayo, José Mujica, de colaborar con su par estadounidense, Barack Obama, en el plan de cierre del penal de Guantánamo (Cuba).
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