Michel Platini se despedirá como nunca quiso: inhabilitado de la UEFA

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Michel Platini tendrá ocasión este miércoles de despedirse de las asociaciones de la UEFA de una forma muy distinta a la que soñaba el dirigente galo, que lo hará con una inhabilitación de cuatro años encima al ser relacionado con el escándalo de corrupción de la FIFA.

Al margen de su aparición ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para lograr reducir a cuatro años un castigo que en principio era de ocho, el Congreso de Atenas será la primera aparición de Platini tras casi un año después de conocerse la propuesta inicial de su sanción.

Lejos de cumplir su deseo de salir de UEFA para ocupar la presidencia de la FIFA, Platini cerrará en Atenas un largo ciclo como presidente, iniciado el 26 de enero del 2007 en Düsseldorf (Alemania) cuando ganó sus primera elecciones, con 27 votos a favor frente a los 23 del sueco Lennart Johansson, que optaba a un quinto mandato.

El mensaje del francés tratará de demostrar quizá una inocencia en la que la propia FIFA ha querido creer y tampoco el TAS totalmente.

La Comisión de Ética de la FIFA, obligada a imponer sanciones a numerosos de sus directivos desde mayo de 2015 cuando el FBI desveló una trama de corrupción con enriquecimiento ilícito y procedió a detener a varios, consideró que Platini incumplió el código ético de la organización.

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Su delito fue aceptar en el 2011 un cobro, autorizado por el entonces presidente de FIFA, Joseph Blatter, de dos millones de francos suizos por trabajos hechos entre 1998 y 2002.

En el momento de la sanción, que coincidió en principio con la que la propia FIFA impuso a Blatter, Platini pretendía ser candidato a relevar a éste en la presidencia de la FIFA, después de que el suizo se viera forzado a renunciar al cargo ante la dimensión del escándalo.

Excapitán de Francia y tres veces ganador del Balón de Oro de forma consecutiva -1983, 1984 y 1985- en el Juventus de Turín, Platini entró en la UEFA con la misma fuerza con la que saltaba al campo y con el carisma necesario para renovar una organización que presidió hasta octubre del año pasado.

El final del distanciamiento con los grandes clubes, plasmado en la desaparición del llamado «G-14», la implantación del Juego Limpio Financiero, la apertura de las competiciones de clubes para facilitar el acceso de equipos modestos y la ampliación a 24 selecciones de la fase final de la Eurocopa son parte de las iniciativas de sus mandatos.

También de su cabeza salió la idea de una Eurocopa por todo el continente en el año 2020, para conmemorar el 60 aniversario de la competición, que se disputará en trece ciudades distintas, entre ellas Bilbao, y la Liga de Naciones, un torneo que será una oportunidad adicional para acceder a la Eurocopa tras el Mundial de 2018.

En sus ocho años y ocho meses de mandato Platini no tuvo oposición en UEFA ni contrincante en sus dos últimas elecciones (2011 y 2015).

El galo, que representaba el proceso de transformación de gran jugador a gran dirigente, estaba llamado a ser el relevo natural de Jospeh Blatter, alguien con quien empezó a trabajar en los despachos después de retirarse como futbolista en 1988 y un discreto periodo como seleccionador (1988-1992).

Su papel como coopresidente del comité organizador del Mundial de Francia’98 fue determinante para convertirse en consejero del dirigente suizo, que ese mismo año relevó al brasileño Joao Havelange como presidente de la FIFA, después de haber sido secretario general de la misma desde 1981 hasta entonces.

Su elección como vicepresidente de la Federación Francesa en el 2001 y al año siguiente como vicepresidente del Ejecutivo de la UEFA y miembro del de la FIFA parecían los pasos previos a una parada con final soñado en Zúrich, donde el nuevo presidente es Gianni Infantino, su mano derecha en UEFA desde el 2009 cuya candidatura se inventó al ver truncada la suya.

 

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