FLORIDA.-El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, buscó el viernes en Miami recuperar algo del electorado hispano de Florida, que le ha dado dramáticamente la espalda y cuyo favor es crucial para ganar el 8 de noviembre, informó El Nuevo Herald.
El magnate inmobiliario cortejó en particular a los afroestadounidenses, a los cubanos y a los venezolanos en un estado donde sólo tiene el apoyo de 9,1% de los hispanos, según el sondeo de la Universidad Internacional de Florida divulgado la semana pasada.
“A los afroestadounidenses: ¿Qué tienen que perder? No pueden estar peor”, argumentó Trump ante las cerca de 4.000 personas, mayoritariamente blancas, reunidas en el teatro James L. Knight Center en el centro de Miami.
Un manifestante sostiene un cartel que dice : «Tonto Trump”, a medida que camina cerca de donde el candidato presidencial republicano Donald Trump está hablando durante una reunión en el James L. Knight Center el 16 de septiembre, 2016, Miami, Florida. Foto; Joe Raedle Getty Images
El controvertido magnate inmobiliario también prometió mano dura contra los gobiernos de Cuba y Venezuela, cuyos nacionales se hicieron presentes con ovaciones.
“Vamos a apoyar al pueblo cubano en su lucha contra la opresión comunista”, dijo, criticando la apertura iniciada por Barack Obama en 2014 y prometió apoyar “a todos los pueblos oprimidos del hemisferio”.
Los venezolanos “anhelan ser libres, anhelan ayuda. El sistema es malo pero su gente es maravillosa”.
El magnate inmobiliario aprovechó la oportunidad para devolver el golpe a su rival, Hillary Clinton, que calificó a sus seguidores de “deplorables” el sábado pasado.
(Fotos El Nuevo Herald de Miami)
Bajo los acordes del épico tema principal del musical “Les miserables”, Trump entró al podio, adornado con un gran póster de la obra que ponía “Les Deplorables”.
En su discurso, Trump repitió el estribillo de su campaña: construirá un muro infranqueable en la frontera y le pasará la factura a México.
José Uz, confundador del grupo Cubans For Trump (‘Cubanos a favor de Trump’), apoyó estas duras medidas migratorias diciendo: “Nosotros también somos americanos y nuestra prioridad es limpiar la casa”.
La batalla está reñida en Florida, el estado que protagonizó en el año 2000 el sombrío recuento de votos que envió a George W. Bush a la presidencia.
Por esta razón Donald Trump y Hillary Clinton cortejan con tanto ahínco este “swing state” o estado oscilante, que suele definir el resultado de las elecciones.
Con más de 20 millones de habitantes, es el tercer estado más poblado del país y su diversidad le hace impredecible políticamente. En general, el sur es demócrata y el centro y norte son republicanos.
Pero la situación en el centro ha cambiado, porque el estado vivió un cambio demográfico drástico desde las elecciones de 2012: ahora hay un millón más de hispanos. (ECHA-Agencias)