NACIONES UNIDAS.- El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó hoy una resolución en la que reclama una mayor protección para los periodistas en situaciones de conflicto, en respuesta a la «creciente amenaza» a la que se enfrentan, principalmente a causa del auge del terrorismo.
La resolución 2222, adoptada por unanimidad, es la segunda que dedica el máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas a la defensa de los profesionales de la información, después de la que aprobó el 2006.
El nuevo texto pretende reforzar la protección de los periodistas y dejar claro que de su labor depende también en muchos casos la seguridad del resto de la población civil que se enfrenta a un conflicto.
«La labor de unos medios de comunicación libres, independientes e imparciales constituye una de las bases esenciales de una sociedad democrática y, por lo tanto, puede contribuir a la protección de los civiles», señala el documento.
El Consejo de Seguridad, además de condenar todos los ataques contra la prensa, denunció la «impunidad imperante en relación con las violaciones y los abusos cometidos contra los periodistas» en situaciones de guerra y recordó a los Estados que son responsables de llevar a los responsables ante la Justicia.
Además, la resolución recuerda a las partes en conflicto que tienen que cumplir «plenamente las obligaciones que les impone el derecho internacional en cuanto a la protección de los civiles en los conflictos armados, incluidos los periodistas» y otros trabajadores de los medios de comunicación.
También destaca la necesidad de más cooperación internacional en este ámbito y apuesta por incluir en el mandato de las misiones de paz de la ONU la recopilación de datos sobre violencia contra la prensa.
El texto fue aprobado al comienzo de un debate especial del Consejo de Seguridad dedicado en exclusiva a este asunto y en el que participaron, entre otros, el secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire (foto), y la reportera francesa Mariane Pearl, viuda del periodista Daniel Pearl, que fue secuestrado y asesinado por terroristas en Pakistán en 2002.