MOSCÚ.- Rusia transformará sus instalaciones en el puerto de Tartus, en el noroeste de Siria, en el mar Mediterráneo, en «base naval permanente«, confirmó este lunes el viceministro de Defensa, Nikolaï Pankov, citado por agencias rusas.
El anuncio trascendió en medios occidentales pocos días después de que el Kremlin comunicara el despliegue de baterías de defensa antiaérea S-300 y reforzará sus recursos militares en el territorio controlado por el gobernante sirio Bashar Al Assad.
«Estamos preparando los documentos necesarios», agregó el funcionario ante la comisión de Relaciones Exteriores del Consejo de la Federación, la Cámara Alta del Parlamento.
Actualmente unos 4,300 militares rusos están desplegados en Siria, donde se desarrolla una sangrienta guerra civil, y el Kremlin continúa reforzando su dispositivo militar después de que su presidente Vladimir Putin anunció en marzo la retirada de una parte del contingente, cuando no se había agudizado el enfrentamiento con EEUU.
El reforzamiento es para «garantizar la seguridad de la base naval y de los buques emplazados en la zona costera», indicó el pasado 4 de octubre el vocero militar, Ígor Konashénkov.
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Estos sistemas permiten responder a la amenaza de misiles lanzados desde el Mediterráneo. Además, completan los S-400 desplegados en noviembre del 2015 en la base aérea de Hmeimim, en la provincia de Latakia, donde la aviación rusa dispone de decenas de bombarderos, otros aviones de ataque y helicópteros.
Los diputados rusos ratificaron la semana pasada un acuerdo con Damasco para el despliegue «por una duración indeterminada» de las fuerzas aéreas rusas en Hmeimim, que pasó bajo jurisdicción rusa.
El anuncio de este lunes tiene lugar en un contexto de tensión entre Moscú y Washington tras el fracaso de una tregua en Siria que solo duró una semana en septiembre. (ECHA – Agencias)