PARÍS.- El expresidente Nicolas Sarkozy y el exprimer ministro Alain Juppé afrontan, encabezando los sondeos, el debate de mañana, el primero entre los siete aspirantes a la candidatura de centro-derecha a las presidenciales del año próximo en Francia.
Con una amplia ventaja en las encuestas para superar la primera vuelta del 20 de noviembre próximo, Sarkozy y Juppé buscarán no perder ese estatus frente al empuje de los otros cinco postulantes.
Sobre todo dos, el exprimer ministro François Fillon y el exministro Bruno Le Maire, no descartan dar la sorpresa y clasificarse para la segunda vuelta, que tendrá lugar el 27 de noviembre.
Más atrás quedan, según los sondeos, los exministros Nathalie Kosciusko-Morizet, la única mujer en liza, representante del ala más moderada de la derecha; Jean-François Copé, adalid de la llamada «derecha sin complejos», y el presidente del partido cristianodemócrata, Jean-Frédéric Poisson, a quien las encuestas dan un apoyo testimonial.
El debate, el primero de los tres que reunirán a los candidatos -los otros dos tendrán lugar el 3 y el 17 de noviembre-, servirá también para llamar la atención de los electores en unas primarias que deben servir de rampa de lanzamiento del candidato conservador a las presidenciales de abril-mayo próximo.
El modelo es el de las primarias que en el otoño del 2011 proclamaron a François Hollande candidato socialista y que cimentaron su victoria medio año más tarde en las presidenciales.
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Entonces, los debates entre los postulantes de la izquierda consiguieron audiencias de hasta 5 millones de espectadores, un objetivo al que aspiran los organizadores de las primarias conservadoras.
Una de las principales incógnitas del debate será ver si anticipa ya el duelo entre Sarkozy y Juppé que todas las encuestas auguran para la segunda vuelta.
En los últimos días, el expresidente y el exprimer ministro se han lanzado soterradas provocaciones.
El entorno de Sarkozy recordó que en 2005 Juppé fue condenado a dos años de inhabilitación por financiación ilegal del partido creado por su mentor político, Jacques Chirac.
El ex primer ministro se defendió diciendo que ya cumplió su pena y aseguró que «en materia judicial es mejor tener un pasado que un futuro», en clara referencia a las investigaciones que pesan sobre el expresidente.
Una de ellas, por la que está imputado, se refiere a la financiación de su campaña de 2012 a través de la empresa Bygmalion, un asunto que Sarkozy asegura desconocer y del que responsabiliza al entonces presidente del partido, Copé, quien no descarta poner el caso sobre la mesa durante el debate.
La cita puede también servir para saldar las cuentas pendientes entre Sarkozy y Fillon, quien fue su primer ministro durante los cinco años que pasó en el Elíseo pero que se ha convertido en uno de sus más fervientes críticos.
Juppé, que mantiene una sólida ventaja en los sondeos, tendrá que defender su postura sobre la inmigración, la más tibia de las de los siete pretendientes, lo que puede constituir un punto débil de su posición.
El ex primer ministro no renuncia a congregar a todos aquellos que quieren un giro político en el país, incluidos los electores de la izquierda, lo que le ha valido críticas por parte de Sarkozy, quien considera que eso supone privar a los conservadores de la oportunidad de elegir a su candidato.
Pero Juppé, en la actualidad alcalde de Burdeos, asegura que el expresidente multiplica los guiños al electorado tradicional de la extrema derecha.
EFE/Foto: RTL