Reeditan libro que fija que edén estaba en Bolivia y Adán hablaba aimara

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LA PAZ.- El Gobierno de Bolivia reeditó «La lengua de Adán y el hombre de Tiahuanaco» del políglota y filólogo Emeterio Villamil de Rada que plantea la original teoría de que el edén bíblico se encontraba en su pueblo natal Sorata (oeste) y el aimara era la lengua de Adán.

El libro, hasta ahora una rareza bibliográfica difícil de hallar, fue publicado esta semana por la Vicepresidencia del país como parte de la colección «Biblioteca del Bicentenario de Bolivia», informaron hoy fuentes oficiales de esa institución.

El escritor boliviano (1800-1876) hablaba doce idiomas, participó en expediciones de investigación, fue minero y un trotamundos que vivió y realizó estudios en varios países y de vuelta en Bolivia ejerció la política para después radicar en Brasil, donde murió.

«La lengua de Adán» fue escrito en 1872, publicado por primera vez en 1888 y sólo se había editado dos veces con la omisión de fragmentos de la obra original, que se han recuperado para la nueva reedición, según los promotores de la publicación.

El libro postula que Dios y Adán dialogaron en la lengua indígena aimara en Sorata, y esa misma lengua fue la que usó Adán para dar nombre a las criaturas creadas y al resto de las cosas.

El escritor formula en el libro una argumentación basada en tres vocablos del aimara, que dan nombre a tres capítulos: «ali» (árbol), «aru» (palabra) y «uru» (día o ley).

El libro fue presentado hace una semana en el pueblo de Sorata por el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, el editor Mauricio Souza y la historiadora Carmen Beatriz Loza.

Loza comentó a Efe que Villamil de Rada idealiza la lengua aimara «con afanes nacionalistas» porque, desde su exilio en Brasil, tiene el «temor de que vengan europeos a producir sobre esa lengua y que sus reflexiones tengan mayor autoridad».

Agregó que la evidencia lingüística del texto ha quedado negada con la evolución de la historia pero «la importancia del libro está en acceder a un material de la época sobre el aimara» y «conectarlo con otras lenguas por la necesidad de que no estuviese aislado».

En la presentación del libro, García Linera destacó que lo que hace Villamil de Rada es «quererse a sí mismo como pueblo en tiempos en que los bolivianos antes se sentían menos que otros» y en los que se veía «a los indígenas como personas subhumanas».

García Linera agregó que el escritor usa el aimara para afianzar la identidad nacional porque «en el fondo no hay otra manera de construir en Bolivia un nacionalismo si no es afianzándose en lo indígena».

 

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