MIAMI.- Florida, con sus 29 votos electorales es el más grande de los “swing states” (estados pendulares) donde no hay un candidato claro en las encuestas, y es la llave para que Hillary Clinton o Donald Trump llegue a la Casa Blanca.
Los analistas consideran que , por esa razón, los candidatos redoblaron sus esfuerzos para lograr la suma de los electores de otros muchos Estados para equiparar lo que éste entrega con sólo ganarlo.
Los votantes que ya han emitido el sufragio lo demuestran: los registrados de uno y otro partido que ya votaron superan los 2.3 millones de ciudadanos por cada partido.
La diferencia entre uno y otro es de 7,280 personas a favor de los demócratas pero con una diferencia de apenas 0.009%.
Las recientes encuestas señalan que que Hillary tiene 47.4% de intención de voto y Trump 46.2%, por lo que cualquier cambio menor en el voto de ciudadanos que hasta ahora estuvieran pensando en votar otras opciones (como al Libertario Johnson o a la «verde» Stein) podría inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro.
Por lo menos una vez por día los candidatos presidenciales o vicepresidenciales han estado personalmente hablando ante multitudes.
Trump les dijo a sus seguidores en Tampa «no pensemos que estamos ganando, hagamos como que estamos ligeramente atrás», como dando estímulo a los que dudan en ir a votar, para que lo hagan.
Clinton tuvo algo de mala suerte en Pembroke Pines cuando una lluvia torrencial la obligó a acortar su discurso y redondearlo en seis minutos y medio. Pero de todos modos su línea fue la misma: «No aflojemos, no demos nada por sentado y vayan a votar».
En el mismo sentido se expresó en la Florida International University el presidente Barack Obama, que hasta usó algunos minutos de su discurso para oficiar de «locutor» e informar sobre los lugares físicos de votación adonde se podían dirigir a emitir el sufragio los más de 4,000 jóvenes que lo escuchaban, ni bien terminara el mitin.
Clinton tiene ventaja en el sur del Estado en los condados de Dade, Broward y Palm Beach y toda la estructura política de los demócratas está dedicada a que ese favoritismo se transforme en votos reales.
En el resto del Estado, las cosas cambian. Desde Orlando hacia el norte, Florida es de Trump y muchos dicen que depende de cuánta diferencia saque Hillary en el sur para ver si eso le alcanza para revertir la ventaja que el republicano la sacará desde el centro hacia el norte. (ECHA – Agencias)