La selección de Brasil solamente jugó a media máquina para vencer a Perú 2-0 en un partido donde la lógica que no sabe de relajo ni fines de semana largos, cumplió con su mandato para darse el resultado que no encaja en nuestras posibilidades de clasificar a la Copa del Mundo.
El equipo peruano fue insolente por momentos, como aquel disparo de André Carrillo en el primer tiempo cuando la pelota coqueta y caprichosa pegó en la parte baja del poste.
Acaso fue la mejor ocasión de gol que fabricó el once de Ricardo Gareca. Mereció ser gol pero en el fútbol los merecimientos no cambian el rumbo de los resultados. De hecho fue un primer tiempo bueno para el elenco peruano pero no fue sustancioso en lo físico para mantenerse erguido todo el partido.
Y fue Brasil más efectivo en el segundo tiempo. Encontró los dos momentos propicios y no los desperdició para que Gabriel Jesús y Renato Augusto anotaran los goles que dieron a Brasil un triunfo merecido pese al peor Brasil desde que Tité tomó la posta a Dunga.
La selección peruana jugó con amor propio, se desangró en busca de un mejor resultado pero no pudo al tener al frente a un adversario que por algo tiene cuatro títulos mundiales.
Neymar no aportó al espectáculo y estuvo desdibujado pero tuvo algunos destellos de su calidad para crear distracción y ser constante preocupación de la zaga peruana.
En Perú no funcionó el buen juego desplegado ante Paraguay, Ni Cueva, Guerrero y Carrillo estuvieron mejores enchufados para convertir al equipo peruano en algo más solvente,
Es cierto que en el primer tiempo el equipo bicolor hizo un buen desgaste en el primer tiempo. Gareca de repente tenía en mente resolver a favor el partido pero en el segundo tiempo apareció Brasil y resolvió el partido. (Hugo Laredo Medina).