MÁLAGA (España).- El corresponsal de la agencia Efe en Turquía, Dogan Tilic, fue galardonado hoy con el Premio Internacional de Libertad de Prensa, que dedicó a «a todos los colegas que no bajan la cabeza ante las presiones y se enfrentan valientemente a los riesgos por decir la verdad».
«Sólo las personas valientes y con coraje pueden hacer preguntas, y el periodismo es una profesión que conlleva el arte de hacer preguntas», afirmó Tiliç en el acto de entrega de este galardón, que otorga la Cátedra UNESCO de Comunicación de la Universidad de Málaga (sur de España).
El periodista turco lamentó que, en los últimos años, el periodismo en Turquía «se haya distanciado de la capacidad de hacer preguntas».
En este sentido destacó que, mientras que en las recientes elecciones de EEUU los dos candidatos principales, el republicano (y vencedor) Donald Trump, y la demócrata, Hillary Clinton, participaban en debates donde aceptaban preguntas, «en Turquía esto no existe».
«Turquía está en el preámbulo de un cambio de régimen con la reforma de su Carta Magna, y a pesar de la importancia de esto, no se pueden ver en los medios de comunicación programas en los que los líderes debaten ante la opinión pública este asunto, ni programas donde los periodistas hagan preguntas a los políticos», señaló.
Según Tiliç, «nunca en la historia del periodismo en Turquía se había vivido un momento como éste», en el que «algunos periodistas denuncian a sus propios colegas para que sean detenidos, y los favorables al gobierno linchan a los críticos a través de las redes sociales».
Tras producirse el pasado 15 de julio el intento de golpe de Estado «más sangriento y brutal» de la historia de Turquía, se decretó el estado de emergencia y una decena de medios de comunicación fueron clausurados, además de ser despedidos numerosos periodistas, resaltó Tiliç.
Tiliç subrayó que el periodismo «siempre ha estado presionado por los gobiernos y por los propietarios de los medios».
Indicó que en el caso de Turquía «los periodistas dejaron de ser los dueños de los medios, cediendo el sitio a ‘holdings’ que actúan en todos los ámbitos económicos y que tienen su actividad principal en la construcción, la energía, la minería o el turismo».
«Los periodistas somos más débiles al alejarnos de las organizaciones que nos unen», advirtió Tiliç, que destacó que en Turquía menos del 2 por ciento de los periodistas están afiliados a grupos gremiales o sindicales y recalcó que «organizarse es la palabra clave para enfrentarnos a los problemas».
Por su parte, el jurista Baltasar Garzón resaltó en el acto el «compromiso» de Tiliç «con los derechos humanos en su país en momentos difíciles para los medios independientes».
Garzón le manifestó a Tiliç su «gratitud por levantarse como David contra Goliat y por dar voz a los silenciados» y le pidió que «haga extensiva esta gratitud a todos los periodistas que pelean por dar a conocer la verdad».
Turquía «se aleja a pasos de gigante de los derechos humanos» y en ese país «todos los que cuestionan el régimen» del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, «son carne de cañón».
Según Garzón, defender la prensa libre «es una necesidad vital para los demócratas» y «son necesarios periodistas amantes de la verdad, aunque se conviertan en elementos peligrosos e individuos a batir en cuanto que no hablan al unísono con la voz oficial».