LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, adelantó hoy que su gobierno prepara un ambicioso plan de reformas económicas y sociales para adaptar el Reino Unido al nuevo escenario que afrontará al salir de la Unión Europea (UE).
Ante el Comité de Enlace de la Cámara de los Comunes, que agrupa a los presidentes del resto de comités de la cámara baja, la conservadora May dijo que expondrá ese plan, así como nuevos detalles sobre sus objetivos de cara al brexit, en un discurso a principios del próximo año.
«Es importante que comprendamos el significado amplio que tuvo el referéndum (sobre el brexit) y que demos una respuesta adecuada. No se trata solo de dejar la Unión Europea, sino de cambiar para siempre la manera como funciona este país», sostuvo la primera ministra.
«Por ese motivo, mi gobierno se ha embarcado en un ambicioso programa de reformas sociales y económicas, a fin de asegurar que la prosperidad y las oportunidades se reparten por todo el país y que todo el mundo puede ser partícipe del éxito que supondrá salir de la UE», afirmó.
El discurso en el que definirá las principales líneas de ese proyecto, para el que todavía no ha fijado una fecha, se producirá previsiblemente antes de que el Ejecutivo publique un documento oficial sobre su estrategia de cara a la negociación con Bruselas sobre el brexit.
El ministro para la salida de la UE, David Davis, se comprometió ante el Parlamento a divulgar esa hoja de ruta a partir de febrero, mientras que May espera activar antes de abril el artículo 50 del Tratado de Lisboa, la formalidad que da inicio al periodo de dos años de negociaciones con la UE.
«He dicho que el gobierno invocará el artículo 50 antes del fin de marzo del próximo año. Vamos a cumplir con ese calendario y no espero extender ese proceso», recalcó la jefa de gobierno, que podría verse obligada a pedir permiso al Parlamento para dar ese paso si el Tribunal Supremo avala a principios de 2017 una sentencia previa del Tribunal Superior en ese sentido.
La líder conservadora subrayó asimismo que su objetivo es llegar a un acuerdo de divorcio con Bruselas en el plazo establecido de dos años, lo que llevaría a la salida efectiva del Reino Unido del bloque común antes de abril de 2019.
May rehusó especificar si planea someter a votación parlamentaria el pacto al que llegue con Bruselas, si bien dijo que los diputados podrán pronunciarse durante el proceso de aprobación de la ley que transpondrá las directivas europeas al canon legal británico.
Ese proceso permitirá al Parlamento pronunciarse «respecto a varios aspectos sobre la relación que tendremos con la Unión Europea», señaló.
La primera ministra expresó además su confianza en que el diálogo sobre un futuro acuerdo comercial entre Londres y los Veintisiete socios comunitarios restantes podrá comenzar en paralelo a la negociación sobre la desconexión.
El Reino Unido y la UE deben establecer en primer término los compromisos económicos adquiridos que Londres deberá respetar tras el brexit, los derechos de los ciudadanos comunitarios y británicos, así como el futuro de las agencias europeas localizadas en las islas británicas.
El Tratado de Lisboa establece que ese diálogo se hará «teniendo en cuenta el marco» de las «futuras relaciones con la Unión» del país que abandona el grupo, si bien el embajador británico en la UE dijo la semana pasada que cerrar un acuerdo comercial entre Londres y Bruselas podría llevar diez años.
Cuestionada en el Comité de Enlace por la posibilidad de que el plazo de dos años se agote sin que se haya cerrado un acuerdo de divorcio, May aseguró que no descarta ninguna posibilidad.
«Estamos trabajando en diversos escenarios que podrían darse en relación a la negociación, el acuerdo y el calendario», aseguró.
En caso de que el Parlamento Europeo vetara un pacto alcanzado por los negociadores de Londres y Bruselas, la primera ministra sugirió que la UE podría verse forzada a extender el plazo de dos años, una posibilidad que prevé el artículo 50 si ambas partes están de acuerdo.
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