JERUSALÉN.- La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ve la próxima conferencia de París sobre Oriente Medio como una oportunidad para la paz y pide a la comunidad internacional que se comprometa a imponer sanciones a Israel si no pone fin a la ocupación de los territorios palestinos.
«Si la ocupación no tiene costes, es obvio que (Israel) no le pondrá fin. La resolución 2334 de la ONU (del pasado diciembre) proporciona la base política para el boicot de los asentamientos, no sólo para etiquetar (lo que proceda de ellos), sino para sancionar seriamente», dijo hoy en Ramala a la prensa el miembro del Comité Central de la OLP Mohamed Shtayeh.
Los palestinos consideran la conferencia, que acogerá la capital francesa el próximo domingo y a la que se espera que acudan unos setenta países, una «extensión» de la resolución 2334, en la que el Consejo de Seguridad de la ONU condenó los asentamientos israelíes en territorio palestino ocupado.
Esta fue, señaló Shtayeh, una forma del mundo de decir que la ocupación «no puede, no debe continuar».
En París «nos gustaría ver un compromiso para el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, un mecanismo y calendario para acabar con la ocupación, y un compromiso internacional serio de preservar la solución de los dos estados, no sólo a nivel de palabras, sino con acciones», señaló.
Para los palestinos, un enfoque multinacional puede ayudar a avanzar hacia el fin del conflicto, frente a las infructuosas negociaciones directas que no han arrojado frutos en más de dos décadas.
Ni israelíes ni palestinos participarán en la conferencia, aunque el presidente palestino, Mahmud Abás, mantendrá el mismo día una reunión con su homólogo francés, François Hollande, para que le ponga al día de lo debatido en el foro.
Un borrador filtrado del texto que se presentará a los países incluye que se comprometan a diferenciar Israel de los territorios ocupados en Cisjordania y Jerusalén, y rechaza un cambio unilateral de las fronteras anteriores al 4 de junio de 1967.
Shteyeh expresó también la preocupación del liderazgo palestino ante la llegada al poder el 20 de enero del próximo presidente de EEUU, Donald Trump.
«Nos han dicho que quizá anuncie el traslado de la embajada a Jerusalén durante su discurso presidencial», dijo Shtayeh, quien consideró que esto sería «una bofetada en la cara a la comunidad internacional, que apuesta por la solución de los dos estados».
«No tiene derecho a dar lo que no es suyo a quien no lo merece», rechazó.
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