Un siglo después de su muerte honran al legendario Buffalo Bill

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Alejado de la imagen de aventurero y excelso tirador, el legendario Buffalo Bill falleció hace hoy cien años de una enfermedad renal y convertido en un exitoso empresario del mundo del espectáculo.

Consciente de que «la gente de su época probablemente no visitaría el oeste del país ni vería en persona las maravillas de esa región, William Frederick Cody (su verdadero nombre) aceptó el desafío de llevar el Oeste al mundo», dijo a Efe Steve Friesen, director del Museo y Tumba de Buffalo Bill en Golden, Colorado.

Cody (1846-1917) fue «un hijo del Oeste estadounidense que amó mucho a su país», tanto que creó «El Salvaje Oeste de Buffalo Bill», un espectáculo que realizó giras por Estados Unidos y Canadá y también por Europa.

Ese espectáculo sirvió para que mucha gente «por primera vez tuviese la oportunidad de ver a verdaderos vaqueros estadounidenses y mexicanos», comentó Betsy Martinson, directora de programas del mencionado museo, dependiente de la Ciudad de Denver.

Cody, considerado por muchos como el personaje más icónico en la historia de Colorado y zonas vecinas, comenzó su carrera trabajando como explorador para el Ejército de Estados Unidos y luego fue jinete con Pony Express, una compañía de mensajería. Solo después se dedicó al espectáculo.

En 1869, por ejemplo, Cody participó de una batalla entre el Quinto Regimiento de Caballería y un grupo de nativos sioux que habían dejado Kansas para llegar a lo que hoy se conoce como Summit Springs, en Wyoming.

Pero fue solo después, con su Wild West Show, que se transformó en una figura «casi mitológica cuyo impacto en Colorado y en Estados Unidos es todavía difícil de estimar» debido a que ese show «representó el ‘sueño americano’ de ir a una tierra llena de atractivos y de aventura en vez de pasar todo el día en una oficina o una fábrica», comentó Friesen.

Por eso, un siglo después de su muerte en Denver, varios museos e instituciones culturales de Colorado han iniciado un homenaje a Buffalo Bill que duraría todo un año.

Un siglo después de su muerte, del 8% al 14% de los que visitan su tumba provienen de fuera de Estados Unidos.

Pero su popularidad con frecuencia oculta aspectos de su humanidad, como el hecho de que fue uno de los primeros en oponerse a la matanza masiva de búfalos y en denunciar públicamente lo que él calificó como «una gran atrocidad».

Y además demostró «un respeto sin igual hacia las mujeres».

«Con frecuencia expresó que las mujeres debían tener no solo las mismas oportunidades que los hombres, sino también el mismo salario. Y cuando las mujeres iniciaron su campaña para obtener el derecho al voto, Cody habló claramente a favor de esa campaña», dijo Martinson.

Cody falleció en su hogar en Denver, pero su deseo era ser enterrado en una montaña al oeste de la ciudad, Lookout Mountain, desde donde, mirando hacia el este, se tiene una impresionante vista de las praderas de Colorado en las que Cody pasó gran parte de su vida.

Pero ese deseo no pudo ser cumplido inmediatamente, ya que para realizar el entierro hubo que esperar la llegada del verano, para que el suelo no estuviera congelado. Por eso, durante varios meses, el cuerpo de Cody estuvo en una funeraria de Denver.

Finalmente fue enterrado el 3 de junio de 1917.

«Fue realmente un visionario que siempre miró al futuro», concluyó Friesen.

EFE/Foto: abc.es

 

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