HARARE.- El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, cumplió este martes 93 años, convirtiéndose en el dictador más longevo del mundo y anunciando su intención de volver a presentarse a la reelección tras 37 años al frente del país.
En su onomástico Mugabe declaró en la televisión pública que se presentará a la reelección el año que viene, ya que el partido que lidera no ve a ningún otro candidato «aceptable» para ser presidente.
«Todos en el partido quieren que me presente a las elecciones. Es su voz la que escucho y la de nadie más», dijo el mandatario en la entrevista que cada año concede a la emisora Zimbabwe Broadcasting Corporation con motivo de su cumpleaños.
El creciente descontento entre la población no se transmite en protestas, ya que el régimen reprime cualquier tipo de manifestación de oposición.
Como ocurre desde hace varios años, el jefe de Estado sopló sus velas durante una «selecta» ceremonia, reservada solamente para sus ministros y sus colaboradores cercanos, mientras la prensa estatal lo inundaba de mensajes de felicitación.
Mugabe aseguró que pediría el relevo al partido si se viera incapaz de cumplir con sus obligaciones.
«La mayoría de la gente cree que no existe un sustituto, ni un sucesor que sea aceptable para ellos como lo soy yo», afirmó en la entrevista emitida el lunes y transcripta este martes en la prensa gubernamental.
Su esposa, Grace Mugabe, declaró la semana pasada que si Mugabe muriera antes de las elecciones, el pueblo lo quiere tanto que votaría incluso a su cadáver.
El dictador concurriría a las elecciones del próximo año contra sus veteranos adversarios del Movimiento para el Cambio Democrático (MCD), que es el principal partido de la oposición y aún no se ha pronunciado sobre si se presentará dentro de una coalición, como reclaman algunas voces.
La fiesta de cumpleaños del presidente se celebrará el sábado en un parque nacional en el sur del país, donde se matarán más de cien terneros para dar de comer a los invitados.
El dispendio es visto por sus críticos como una muestra de desprecio a las dificultades económicas que pasa la población, que además sufrió recientemente el azote de las inundaciones.
En su cumpleaños de 2016, Mugabe sirvió a sus invitados carne de elefante, de búfalo y de antílope, así como una enorme tarta de 92 kilos.
Los festejos, según la prensa, costaron USD 800.000. Estos lujos, en un país hundido en una grave crisis económica, con el 90 por ciento de la población sin trabajo formal, alimentan cada año la polémica. (ECHA- Agencias)