WASHINGTON.- Los préstamos de China a Latinoamérica ascendieron en 2016 a los 21.200 millones de dólares, con Brasil, Venezuela y Ecuador como principales receptores, y de nuevo centrados principalmente en energía e infraestructura, indicó hoy el informe anual del centro de estudios Diálogo Interamericano.
La cifra es ligeramente inferior al volumen de créditos de 2015, que alcanzó los 24.600 millones de dólares, pero sigue en niveles superiores a los 20.000 millones anuales.
De nuevo, los créditos chinos a la región superaron a los realizados por el Banco Mundial (BM), de 8.200 millones; y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de 11.600 millones.
El pasado año, Brasil, Venezuela y Ecuador recibieron el 92 % del total de los préstamos chinos, subrayó el estudio, realizado en colaboración con la Universidad de Boston, y que se viene elaborando desde 2005.
Los tres países cerraron 2016 con agudas recesiones económicas, lo que resalta la importancia del flujo crediticio desde el gigante asiático para estas economías.
A la cabeza está Brasil, con 15.000 millones de dólares, la mayor parte de los cuales fueron a parar a la empresa nacional de petróleo Petrobras, a cambio de envíos de crudo.
Le siguen los 2.200 millones a Venezuela, también canalizados a través de la petrolera estatal PDVSA, y con destino a la mejora de la menguante capacidad de producción venezolana; y también 2.200 millones para Ecuador, que serán utilizados para financiar gasto gubernamental y el complejo educativo de Yachay.
Por su parte, Bolivia figura en cuarto lugar, con un total de créditos chinos por 1.500 millones de dólares, la mayor parte para financiar el proyecto siderúrgico de El Mutún y la planta hidroeléctrica Rosita.
El país andino es uno de los focos de Pekín en los últimos años, y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, prometió en su visita a Bolivia de octubre de 2016 fondos adicionales por 4.800 millones para proyectos de infraestructura.
Por último, Jamaica recibió 327 millones de dólares para financiar la red de carreteras internas.
Como es habitual, estos mecanismos crediticios fueron canalizados a través de dos instituciones estatales chinas: el Banco de Desarrollo de China (CDB) y Banco chino de Exportaciones e Importaciones (ExIm Bank).
Asimismo, el informe subrayó cómo Argentina, que había recibido un notable volumen de préstamos previamente, no registró ninguno en 2016, algo quizá relacionado con el cambio de gobierno, tras la salida de la izquierdista presidenta Cristina Fernández.
No obstante, y pese a algunas modificaciones en préstamos previamente acordados, el nuevo gobierno liberal del presidente Mauricio Macri ha adelantado que podría recurrir a China para financiar su ambicioso plan de infraestructura.
«China es una fuente fundamental de financiación, especialmente para países como Venezuela, Ecuador, Brasil y Argentina, que han tenido una relativamente limitado acceso a los mercados de capital internacionales en los últimos años», recalcó el reporte.
Por ello, agregó que se prevé que Pekín continúe siendo en 2017 «un verdadero salvavidas para las economías más frágiles de la región».
Desde 2005, cuando se comenzó a recabar estos datos, el flujo de financiación a Latinoamérica ha superado los 141.000 millones de dólares, y registró un récord anual en 2010 con más de 37.000 millones de dólares.
EFE/Foto: alchetron.com