Rafael Nadal ganó hoy a Fabio Fognini por 6-1 y 7-5 y jugará su quinta final en el Masters 1.000 de Miami ante el ganador del partido que enfrentará al suizo Roger Federer con el australiano Nick Kyrgios.
El español dio apenas opciones a su rival, que sólo pudo lograr 9 puntos con Nadal desde la línea de saque, desde donde fraguó un triunfo que le permitirá buscar su primer título en el torneo estadounidense, uno de los pocos masters que le faltan.
Nadal estuvo certero en el 70% de sus primeros servicios, de los cuales el 83% se materializaron en puntos, al tiempo que su rival no pasó del 57 y 72%, respectivamente.
El italiano pagó además sus 38 errores no forzados, por 12 del español, que volvió a demostrar que este año está en camino de recuperar su mejor nivel.
Nadal volvió a demostrar un tenis sólido, aunque sin grandes golpes brillantes, ante un Fognini sin capacidad de respuesta más allá de varias dejadas de mago.
El balear entregó su tarjeta de presentación a Fognini nada más arrancar con un juego en blanco lleno de fuerza y efectividad en el saque y agresividad en el golpeo, y en el siguiente, con la misma receta, ya se vio al 40 de la ATP sin opciones de atacar.
El italiano no estaba cómodo en la pista y en el cuarto juego cometió una doble falta y tres errores que entregaron el quiebre en bandeja al español, que confirmó en el siguiente y tomó la distancia necesaria (4-1) para ganar el primer set con comodidad.
Nadal tenía acorralado a un jugador con una clase indudable y que había mostrado un juego muy sólido a lo largo del torneo y venía de eliminar en cuartos al segundo cabeza de serie y finalista del torneo el año pasado, el japonés Kei Nishikori.
Ni siquiera con su propio servicio era capaz el de San Remo, que en el sexto juego se puso 40-0, pero se dejó robar el saque con seis puntos seguidos de Nadal, que se puso 5-1 y sólo necesito 25 minutos para hacerse con el primer set en el siguiente parcial.
En el peor día de calor en lo que va de torneo, con 29 grados y 58% de humedad, Fognini no se movía a la suficiente velocidad para defenderse de lo que se venía desde el otro lado de la pista, como para, siquiera, pensar en cómo hacer daño a un Nadal que mantenía el choque bajo un absoluto control.
Y es que Nadal saltó a la pista muy consciente de cómo jugar al italiano, al que ya conoce bien tras 10 partidos, de los cuales ganó 7, tres de ellos en superficie dura como la de Crandon Park.
Pero también sabía del peligro de Fognini, que el 2015 le «amargó» el año con tres derrotas en cinco partidos, incluidas una semifinal en el Abierto de Río de Janeiro (Brasil) y el US Open.
Pero el partido que se recuerda de aquella serie fue la final del torneo de Alemania, en la que el transalpino perdió los nervios e increpó al español y su entrenador, Toni Nadal, y llegó a gritar en medio de la pista: «No me rompas los huevos», en referencia al tiempo que habitualmente se toma el balear en sacar.
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Hoy no hubo casi aspavientos o malos gestos, solo tenis, y en eso Nadal demostró hoy ser superior.
Pero el finalista en el Abierto de Australia y de Acapulco (México) no lo tuvo tan fácil en la reanudación de su séptima semifinal en Miami.
En los dos primeros servicios de Fognini, Nadal tuvo cinco opciones de quiebre, pero al desaprovecharlas dio alas al italiano, que se mantuvo vivo en el partido, mejoró sus prestaciones y lo obligó a tener que trabajar más los puntos.
Esa mayor igualdad se tradujo además en tiempo en pista, pues si el primer set se demoró 25 minutos, el segundo se fue hasta los 65.
Pero la victoria se fraguó de manera definitiva en el undécimo juego, en el que la suerte estuvo del lado del español, que vio cómo una nueva dejada de Fognini la empujó fuera el viento cuando estaba a punto de tocar la pista.
Para cerrar el partido, Nadal repitió la receta del éxito hoy en la pista central de Crandon Park, un juego en blanco, 7-5 y adiós.
Nadal espera ganar esta vez su primer título en Miami, tras las derrotas del 2005, 2008, 2011 y 2014 y para ello deberá vencer a Federer o a Kyrgios, que se enfrentan más tarde.