GINEBRA/Suiza.- El director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, calificó hoy de «espejismo» creer que un proceso de reindustrialización en países desarrollados y con una economía basada en los servicios vaya a crear un número extraordinario de empleos.
«Algunas de las economías más avanzadas del mundo están diciendo que una de sus respuestas a sus problemas de desempleo es la reindustrialización, pero si vives en una sociedad posindustrial, decir que la reindustrialización permitirá traer de vuelta los empleos es una ilusión», afirmó Ryder en rueda de prensa.
Ryder se refería, sin citarlo, al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que basó su campaña electoral en la promesa de «traer las industrias» estadounidenses de nuevo al país abandonando así sus sedes en terceros países, como una manera de crear «cientos de miles de empleos».
El director general explicó que el mundo es mucho más complejo hoy respecto a medio siglos atrás, pues el mercado de trabajo y la tecnología han modificado las cadenas industriales.
Además ya no se concibe que una sola empresa o proyecto cree cantidades masivas de empleo.
Sostuvo que si bien los procesos de reindustrialización pueden dinamizar ciertos sectores y crear determinados puestos de trabajo, no será comparable en lo que pasaba hace décadas.
«Si bien la tecnología permitirá procesos industriales y que algunos empleos vuelvan, no va a crear grandes cantidades de trabajo como pasaba hace 50 o 60 años atrás. No vamos a volver a crear industrias con 50.000 empleados. Esto es una ilusión», agregó.
Ryder dejó claro que se refería a proceso de reindustrialización en países ricos y desarrollados que ya habían superado la fase industrial, y explicó que la realidad es otra para los países en desarrollo y emergentes, donde dicha industrialización aun no se ha producido o se ha hecho de forma muy tímida.
Se refirió específicamente a África donde dijo que hay potencial para una industrialización porque hay mucho por hacer, porque tiene una población muy joven y porque tiene ciertas «ventajas».
Y citó las «grandes oportunidades» que abre la lucha contra el cambio climático y los enormes recursos naturales disponibles en el continente, así como la disponibilidad de financiación existente.
Dicho todo esto, aseguró que el mundo se enfrenta a una «transformación sin precedentes» del mundo del trabajo, «por su velocidad, por su escala -es global-, y porque está cambiando principios fundamentales».
Ante esto, dijo que es responsabilidad de la OIT recordar que la justicia social es el principio básico a perseguir y preservar, algo que, realmente, no ha sido un eje primordial de la política públicas en los últimos años.
Recordó que hay 200 millones de personas desempleadas en el mundo y que se necesitarían 600 millones de empleos más para cumplir con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
EFE/Foto: ilo.org