MADRID.- Los restos del escritor Miguel de Cervantes, el literato español más universal, descansan ya en el nuevo monumento en su honor erigido en la iglesia de San Ildefonso del convento de las Trinitarias de Madrid, en cuya cripta fueron hallados en marzo por un equipo de investigadores.
«Yace aquí Miguel de Cervantes Saavedra 1547-1616», reza el encabezado de la placa conmemorativa del sepulcro inaugurado hoy, que incluye unos versos de «Los trabajos de Persiles y Segismunda» de Cervantes: «El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todos esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir».
Casi tres meses después del hallazgo de los vestigios de Cervantes, su esposa y otras personas enterradas en la iglesia primitiva del convento -ubicada en un punto distinto al actual-, la alcaldesa en funciones de Madrid, Ana Botella, y el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, mostraron hoy el monumento.
En su parte visible, el sepulcro consta de una placa de piedra caliza de 1,6 metros de altura y 1,2 de ancho sobre un soporte tallado en granito que está ubicado a la izquierda de la puerta de entrada de la iglesia, que tiene la consideración de Bien de Interés Cultural.
Tras ella, en el interior, se encuentran tres urnas depositadas en una hornacina que contienen los restos de la ya famosa reducción 32 de la cripta de la antigua iglesia, donde el equipo de investigadores, arqueólogos e historiadores, encabezado por Francisco Exteberria, ubicó los restos del escritor.
«Aquí estamos para que España y el mundo vuelven a honrar los restos mortales de Cervantes como no se había hecho en tres siglos, cuando fueron trasladados en 1697 al suelo de la cripta», señaló Botella.
A un año de cumplirse el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, la alcaldesa en funciones consideró saldada la deuda con el hombre que cinceló el mejor español literario y dejó un legado «único e irrepetible» a 500 millones de personas que comparten la «riqueza común» que es español.
Botella recordó al autor del Quijote con el epitafio que Francisco de Urbina le dedicó al poco de ser enterrado en las Trinitarias: «Caminante, el peregrino Cervantes aquí se encierra, su cuerpo cubre la tierra, no su nombre, que es divino».
También reconoció el trabajo de la RAE y de la Iglesia en la conservación de los restos del «más grande escritor español», así como la vinculación con el Ejército de un «soldado de España» que puso su vida en el «tablero de la batalla de Lepanto«.
El director de la RAE, que repasó la vinculación histórica de la institución académica con Cervantes y el convento, consideró que la ciencia física y forense ha permitido poner orden en la casa y presentar a Cervantes con la misma dignidad y reconocimiento del que gozan lo más grandes escritores de otros países cultos.
El descubrimiento del nuevo monumento en las Trinitarias cierra un proyecto de casi un año que culminó el pasado 17 de marzo, cuando el forense y director de la búsqueda confirmó que entre los fragmentos encontrados en la cripta de la iglesia de las Trinitarias se encontraban, «sin discrepancias», algunos restos pertenecientes a Miguel de Cervantes.
El autor sentía devoción por los trinitarios porque debía la vida y la libertad a esta orden fundada a finales del siglo XII para liberar a los cautivos que le había sacado, junto a su hermano, de la prisión en la Berbería. Por eso quiso enterrarse en la que por entonces, en el arranque del siglo XVII, era una modesta iglesia. EFE