BOGOTÁ (Colombia).- El 5 de junio se cumplen 50 años de la publicación de «Cien años de soledad» y en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), que hoy entra en su segunda semana, está más presente que nunca la obra del nobel Gabriel García Márquez.
Ediciones tradicionales, de lujo y de bolsillo, están a la venta en las distintas editoriales de la feria, junto con las otras novelas de Gabo, autor en el que «no hay nada de casual, absolutamente nada», en palabras del escritor y profesor universitario Conrado Zuluaga.
Entre las ediciones en venta, en una librería de usados, destaca una de las primeras publicadas en Buenos Aires por la Editorial Sudamericana con la famosa portada del pintor y escultor mexicano de origen español Vicente Rojo, la de la «E» de la palabra «soledad» invertida, que hace parte de los mitos y leyendas que rodean a «Cien años de soledad».
Según ha relatado Rojo en numerosas ocasiones, Gabo le encargó la portada de la novela y él optó por un diseño popular, con lunas menguantes, soles, estrellas, diablitos saltarines, gorros frigios, calaveras y otros símbolos del imaginario colectivo dibujados en colores negro y rojo dentro de rectángulos azules.
Para darle un toque más popular, el artista decidió invertir, en el título en rojo, la «E» de «soledad», como en cualquier aviso callejero, lo que dio pie a anécdotas sobre esa portada que no alcanzó a ser la primera.
Eso porque el diseño no llegó a tiempo a Buenos Aires y para la primera edición la editorial encargó de urgencia otra, la que muestra un galeón en medio de la selva con tres flores amarillas.
Para Zuluaga, que participó en un coloquio en la Filbo con la editora alemana Michi Strausfeld, especialista como él en «Cien años de soledad», la novela cumbre de Gabo «al principio le cuesta a uno pero después fluye».
«Yo mismo no era capaz de leer más de una página. Me desbordaba la cantidad de cosas que inventaba», afirmó Zuluaga, profesor de la Universidad de los Andes de Bogotá.
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Sin embargo, superado ese primer choque con el realismo mágico y la obra en la que casi que en cada párrafo surgen nuevos personajes, «Cien años de soledad» se convierte en una compañía permanente.
«Lo leo todos los años; así como otros leen la Biblia y otros leen el Quijote, yo leo ‘Cien años de soledad'», agregó Zuluaga.
A Strausfeld, que en 1970 vino al país por primera vez y empezó a aprender «de la historia de Colombia, de su flora y de su fauna», el libro la «cautivó» de tal forma que puede decir que ha cambiado su vida, hasta el punto de que en 1976 hizo su tesis de doctorado sobre la nueva novela latinoamericana y Gabriel García Márquez.
«‘Cien años de soledad’ ha cambiado mi vida y estoy agradecida de que esto haya sucedido. Hay libros que le cambian la vida a uno», manifestó la experta alemana.
Para Strausfeld, la novela de Gabo «es un cosmos inagotable» en el que en cada lectura se descubren cosas nuevas, algo que constata además en cada traducción de la obra al alemán, como una nueva que saldrá este mes.
«Pienso que conozco bien esa novela y ahora veo que figuras de las novelas anteriores regresan», afirmó sobre «Cien años de soledad», un libro del que afirma que «uno puede revisar cada capítulo otra vez y resiste un análisis de cada párrafo y hasta de cada frase».
Para los expertos, la novela cincuentenaria es una obra que retrata de forma metafórica la Colombia del autor.
«En ‘Cien años de soledad’, cuando uno lo lee se ve que está contenida toda la historia de Colombia», afirmó Strausfeld, mientras que para Zuluaga, «ahí está la mitad de este país y la otra mitad está en ‘El coronel no tiene quién le escriba'».
En este punto, Zuluaga citó una frase del coronel Aureliano Buendía en «Cien años de soledad» que de alguna manera refleja la Colombia sumida en conflictos partidistas hasta hoy: «‘La única diferencia actual entre liberales y conservadores, es que los liberales van a misa de cinco y los conservadores van a misa de ocho'».
La celebración del medio siglo de la novela de Gabo tendrá otro capítulo el próximo sábado con «La gastronomía en cien años de soledad», actividad en la que el cocinero Leandro Carvajal creará recetas inspiradas en la obra mientras conversa con el público.