Amnistía Internacional: El periodismo no es delito

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Turquía ha ganado una medalla que no lleva aparejada gloria alguna: según el Comité para la Protección de los Periodistas, el país es el mayor carcelero de periodistas del mundo.

En 2016, un tercio de los periodistas y personal o directivos de prensa encarcelados en todo el mundo se encontraban en Turquía, la mayoría en espera de juicio.

En Turquía, la libertad de expresión sufre ataques constantes, y cada vez más virulentos. Desde el fallido golpe de Estado de julio de 2016, estudiantes y docentes, periodistas y escritores y escritoras que se pronuncian contra el gobierno corren peligro de ser sometidos a una investigación criminal y a juicio, y de sufrir actos de intimidación, hostigamiento y censura.

Si además de esto se tiene en cuenta el cierre por decreto de al menos 156 medios de comunicación, el mensaje resultante —y su efecto sobre la libertad de expresión— es tan claro como perturbador. El grado de represión que el gobierno turco impone a la prensa es tal que algunas personas hablan de la “muerte del periodismo”. (Amnistía Internacional)

 

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