PARÍS/Francia.- El electo presidente de Francia, Emmanuel Macron tiene 39 años, y su esposa Brigitte Trogneux, 64, como fruto del amor de un adolescente que se casó con su maestra, señala el diario colombiano El Tiempo.
El informe menciona que Brigitte Trogneux tenía 40 años, un esposo y tres hijos cuando entabló una relación sentimental con el estudiante Emmanuel Macron, de apenas 16. Se vieron por primera vez en una clase del exclusivo liceo jesuita La Providence, en Amiens, en el norte de Francia, donde ambos habían nacido. Ella, el 13 de abril de 1953; él, el 21 de diciembre de 1977.
Ella, proveniente de una familia acomodada, era la profesora de literatura y desde ese momento quedó fascinada por la oratoria del muchacho que nutría con bellos poemas que recitaba de memoria ante sus compañeros. Uno de sus autores favoritos era y es René Char.
En la actualidad, Macron, de 39 años, es el presidente electo de Francia y ella, de 64, la primera dama, en un país donde la vida privada de los políticos no suele ocupar la primera plana de los diarios; él, sin embargo, ha optado por explicar que los vínculos que lo unen a su esposa son profundos y que constantemente están aprendiendo el uno del otro.
“Escribir nos hizo reunirnos todos los viernes y nos unió de una manera increíble”, explicó ella en el documental Macron, la estrategia meteoro al recordar los primeros puentes de la relación en una época en la que, por edad, él ni siquiera podía siquiera votar.
No se trata solo de la pasión desbordada de un adolescente por una mujer mayor, sino de un hombre que le ha demostrado un amor a prueba de todo. De hecho, esperó que ella se separara mientras él se iba a París, donde, en 2004 él completó sus estudios en la Escuela Nacional de Administración (ENA), una de las instituciones más prestigiosas por su excelencia académica y donde tradicionalmente se forman las élites francesas.
Macron brilló como estudiante y la aguardó. En la correspondencia mutua destacan las referencias literarias. “Espera aún a que yo venga / A romper el frío que nos retiene. / Nube, en tu vida tan amenazada como la mía. / (Había un precipicio en nuestra casa. Por eso hemos partido y nos hemos establecido aquí)”, le escribía citando al poeta Char.
¿Tuvo dudas ella de dejar a su marido para formalizar su vínculo con él? “Por supuesto que sí”, ha dicho. Pero, “pensé: voy a perder mi vida si no lo hago”.
Hace diez años se casaron en Touquet, una ciudad orgullosa de su rico patrimonio arquitectónico y donde respiraban la atmósfera intelectual que los une. En un video del matrimonio, que ahora se ha vuelto público por la campaña electoral, se ve a Macron agradeciéndoles a los hijos de su mujer por aceptarlo en la familia.
“Tal vez no seamos una pareja del todo normal, un adjetivo que no me gusta mucho, pero somos una pareja real”, dice. (ECHA – Agencias)