MADRID/España.- Los militantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) votarán el domingo para elegir al nuevo secretario general entre tres candidatos –Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López– y resolver así la etapa de provisionalidad en la dirección que comenzó hace ocho meses.
Los 187,949 afiliados socialistas podrán votar en 2,907 centros dispuestos en España y otros en capitales europeas y americanas: Bruselas, París, Berlín, Londres, Ginebra, Lausanne, Santiago de Chile, Bogotá, México D.F., Guadalajara (México), Panamá, Lima, Montevideo, Caracas, Buenos Aires, Rosario (Argentina) y Santo Domingo.
En estos momentos, Díaz es presidenta de la región de Andalucía (sur de España), mientras que Sánchez ya fue secretario general del partido entre el 2014 y 2016; López es diputado del Congreso (cámara legislativa), que presidió unos meses el 2016 y con anterioridad fue presidente de la región del País Vasco (norte) entre el 2009 y 2012.
La campaña para estas elecciones internas y el único debate público entre los tres aspirantes, celebrado el pasado 15 de mayo, dejaron constancia de sus diferencias, división y crisis del partido, a pesar de los llamamientos de todos a la unidad.
El candidato elegido por los militantes -por voto secreto en urna- tendrá que ser confirmado posteriormente en el congreso nacional del partido anunciado para junio próximo.
El PSOE, que gobernó España varias veces (1982-1996 y 2004-2011), es ahora la primera fuerza de la oposición en el Congreso, pero con el número más bajo de parlamentarios desde 1977 (85 escaños de 350), cuando se celebraron los primeros comicios democráticos tras la dictadura del general Francisco Franco.
En octubre pasado, una gestora asumió la dirección del PSOE al dimitir Pedro Sánchez al frente del partido, quien también dejó el escaño de diputado del Congreso.
Sánchez tuvo que renunciar al quedarse en minoría en el Comité Federal (máximo órgano directivo del PSOE), donde defendió que los socialistas debían votar en contra de la continuidad de Mariano Rajoy al frente del Gobierno nacional.
En aquel momento, el Partido Popular (gubernamental de centroderecha) carecía de mayoría suficiente para la reelección de su líder, Mariano Rajoy, como jefe del Ejecutivo tras las elecciones generales de junio del 2016.
Una vez dimitido Sánchez, la gestora socialista propuso la abstención de sus diputados y permitir que Rajoy repitiera como presidente del Gobierno, lo que rechazaban Sánchez y sus partidarios.
Finalmente, la mayor parte del grupo socialista del Congreso se abstuvo (varios diputados votaron en contra) y Rajoy resultó investido presidente del Gobierno con el apoyo del PP y de Ciudadanos (liberales).
EFE/Foto: diariodesevilla