La revista económica Forbes publicó que el CEO de la petrolera holandesa Shell, Ben van Beurden, reconoció que la compra del BG Group se realizó para garantizar el acceso a las reservas de petróleo de aguas profundas en Brasil.
«Tenemos que ver a Brasil por su potencial. Probablemente el área más estimulante del mundo para la industria del petróleo. Queremos más, y una parte significativa del acuerdo fue ganar más presencias en aguas profundas», afirmó Beurden según el artículo de Forbes.
En concreto, la primera gran fusión en el sector de las petroleras en la última década, convirtió automáticamente a Shell en la primera gran socia de Petrobras ya que el BG Group explotaba el 25% del yacimiento de Lula, el más importante del llamado pre-sal y con un volumen de petróleo estimado entre los 5.000 y los 8.000 millones de barriles.
Este volumen se sumará ahora a los 8.000-12.000 millones de barriles que Shell podría extraer a través del 20% del yacimiento de Libra que explota junto a Petrobras, convirtiendo a la anglo-holandesa en la mayor compañía extranjera en Brasil.
Según el banco de inversiones americano Jefferies, los yacimientos que controla BG pasaran de una producción de 114.000 barriles diarios en 2015 a 557.000 barriles en 2020, haciendo que en 2018 Shell se convierta en la mayor productora de petróleo y gas natural de capita vierto del mundo con 4,2 millones de barriles por día.