Lucha y resistencia para salvar la Amazonía

 

El VIII Foro Social Panamazónico (FOSPA), realizado en la ciudad de Tarapoto, del 26 de abril al 1 de mayo en curso, con la concurrencia de delegaciones de los 9 países que integran la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTC A), ha llamado a la lucha y la resistencia para salvar a la Amazonía.

Porque la cuenca amazónica está más amenazada que nunca por el modelo civilizatorio capitalista, el extractivismo desenfrenado y la ofensiva de las multinacionales que cuentan con el apoyo de los Estados y gobiernos. Como en el caso del Perú.

La caída del contrapeso geopolítico brasileño y las puertas abiertas de la Amazonía

Las megacorporaciones de EE.UU, China, Japón y de otros países industriales tienen hoy las puertas abiertas para entrar a fardo cerrado a la Amazonía con la caída de los gobiernos de Luis Inacio Lula, Dilma Rousseff y del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil.

El Brasil, la sétima economía del mundo, ha sido el contrapeso geopolítico de la hegemonía de EE.UU en América del Sur y principalmente en la cuenca amazónica. A nivel global, con su integración en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) hacía el balance geopolítico tanto en Europa y Asia.

Todos los analistas de la geopolítica internacional coinciden en afirmar que la caída del PT, Lula y Rousseff, ha sido uno de los mayores triunfos geopolíticos de EE.UU. Hoy en día, con el gobierno de Michel Temer, producto de un golpe de Estado parlamentario, la derecha económica y política brasileña neoliberal, extractivista y pronorteamericana, ha abierto las puertas de la Amazonía a la voracidad de los intereses hegemónicos de EE.UU.

Aunque es bueno precisar que tanto el gobierno de Lula y su sucesora, Dilma Rousseff, no se caracterizaron precisamente por sus políticas ambientales y sostenibles en la Amazonía.

Pese a ello, sin embargo, el contrapeso geopolítico persistió hasta la toma del gobierno por la derecha encabezada por Temer. Por eso el lema más persistente de los centenares de delegados brasileños que concurrieron al VIII FOSPA fue “fora Temer” (fuera Temer).

Las FARC y las puertas abiertas de la Amazonía colombiana

Pero la caída del contrapeso geopolítico brasileño no es el único riesgo que amenaza la integridad ecológica y humana de la Amazonía.

Hace poco más de un año, este cronista visitó varias comunidades indígenas en la Amazonía colombiana, en Florencia (Caquetá) y en Leticia, en el Trapecio Amazónico. Las declaraciones y testimonios recogidos expresaban el temor de que la firma de paz – una demanda fundamental e incuestionable del pueblo colombiano- entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), abrirían las puertas de la Amazonía colombiana a las multinacionales y corporaciones extractivistas.

Ese mismo temor y preocupación me expresaron los dirigentes indígenas colombianos en las reuniones
del VIII FOSPA en Tarapoto. Sin el peligro de ser atacados por las FARC, que han desocupado y abandonado los territorios que controlaban en la Amazonía, el gobierno de Santos y las multinacionales pueden ahora poner en marcha megaproyectos de diversa índole en territorio amazónico, invadiendo los resguardos comunales e impactando en la naturaleza.

Trump y el negacionismo al cambio climático

Los impactos y efectos del cambio climático en la Amazonía son cada día más devastadores: inundaciones diluviales, sequías que hacen colapsar el sistema de navegación fluvial, incendios que dejan en cenizas miles de kilómetros cuadrados de bosques sumando millones de toneladas de metano; cambios en el sistema de reproducción de la cadena biológica del bosque y modificaciones y alternaciones en la producción agraria, así como en la biomasa pesquera y la reproducción de la fauna silvestre.

El negacionista presidente de EE.UU, Donald Trump, está desmantelando toda la política ambiental implementada por su predecesor, Barack Obama, además de sabotear los acuerdos de las Conferencias de las Partes (COPs) 20, 21 y 22. Las consecuencias serán muy graves para la Amazonía y el resto del mundo.

Tierra y territorio, cuestión de vida o muerte para los pueblos indígenas en el Perú

Para los pueblos indígenas de los 9 países de la cuenca amazónica la titulación de sus tierras y territorios es una cuestión de vida o muerte. Porque sin tierra y territorio los pueblos indígenas se extinguen; desaparecen; mueren.

Actualmente, de acuerdo a los estudios del Instituto del Bien Común (IBC), de los 10,529 Comunidades Campesinas, Nativas y Ribereñas, sólo 4,023 cuentan con título de propiedad. Del total de Comunidades, el 49.6 por ciento tienen superposición minera. Paralizado por la presión de las corporaciones mineras, hidrocarburíferas, gasíferas y forestales, el Estado peruano, débil y feudalizado por el gran capital, sólo ha titulado el 1 por ciento de las tierras y territorios comunales en una década.

Para el líder indígena Awajúm, Zebelio Kayap; para el presidente del Gobierno Territorial Autónomo Wampís, Wrays Pérez; y para el vicepresidente de la Federación Indígena Quechua del Pastaza (FEDIQUEP), David Chino, con quienes este cronista dialogó durante el VIII FOSPA, la deuda histórica del Estado peruano y los gobiernos con los pueblos indígenas sigue impaga y pendiente y la primera de ellas es la titulación de sus tierras y territorios.

En cuanto al extractivismo petrolero, David Chino resume lo que esa actividad les ha costado a los pueblos indígenas de las cuencas del Pastaza, Tigre, Corrientes y Morona: sida, sífilis, hepatitis B, prostitución, contaminación del agua y destrucción de sus territorios. Mientras que las empresas petroleras se han cargado con 16 mil millones de dólares de ganancias a costa de la salud y las vidas humanas y la agonía de la Madre Naturaleza.

La carta de Tarapoto: un llamado a la lucha y la resistencia

Tienen toda la razón del mundo las organizaciones indígenas andino-amazónicas, los ambientalistas y todos los participantes del VIII Foro Social Panamazónico que suscribieron la Carta de Tarapoto llamando a la lucha y la resistencia para salvar a la Amazonía y a sus pueblos de la destrucción.

Para ello, se comprometen a construir nuevos paradigmas a partir de las propuestas de Vida Plena, Buen Vivir, Vivir Bien y autogobiernos territoriales de los pueblos indígenas andino-amazónicos.

Los pueblos indígenas andino-amazónicos y la sociedad civil en general lucharán desde la democracia para que los gobiernos y los Estados no hagan oídos sordos a la Carta de Tarapoto.

 

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