Microsoft vs. Google, enemistad que se desarrolla a toda velocidad

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En menos de dos semanas, Microsoft ha celebrado su Build 2017 y Google ha reunido a expertos y prensa por igual en la I/O 2017. En otras palabras, han celebrado sus conferencias de desarrolladores y han revelado al mundo algunas de sus últimas ideas para cambiar nuestra relación con sus productos.

Por un lado, Microsoft mostró unos nuevos portátiles con una nueva versión de Windows y varios dispositivos para explotar el uso de la inteligencia virtual, la realidad aumentada y la realidad virtual.

Por el otro, Google dio más detalles de su sistema operativo móvil, Android; y también profundizó en sus avances en el campo de la inteligencia artificial, la realidad virtual y la realidad aumentada.

¿Qué casualidad, verdad? Esta aparente rivalidad entre las dos compañías no viene de ahora, pues todo el mundo compite con todo el mundo en la industria de la tecnología. Facebook, Amazon, Apple, Microsoft, IBM, Google, Twitter… Todas se roban ideas y se ponen la zancadilla siempre que pueden porque trabajan en muchos campos comunes. En busca de la inteligencia.

La actual colisión de Google y Microsoft resulta francamente interesante por las áreas en las que ambas se están metiendo: el aprendizaje automático (‘machine learning’), el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la computación en la nube (‘cloud computing’). Aunque el Surface Laptop esté pensado para competir con los Chromebook (y un poco el Macbook Air), donde Microsoft y Google compiten de verdad es en estas áreas.

Tanto Sundar Pichai, CEO de Google; como Satya Nadella, CEO de Microsoft, insistieron en sus respectivas conferencias de prensa que el objetivo de sus empresas era evolucionar hacia empresas mucho más centradas en la inteligencia artificial.

Google pasará de ser ‘mobile first’, de centrarse en dispositivos móviles; a hacerlo en cómo usar la inteligencia artificial para mejorar y cambiar todos sus servicios. Ya hemos visto cómo buscan hacerlo en el pasado. Microsoft, por su parte, quiere que las máquinas entiendan cómo interactuamos con ellas para que realicen cambios en una fotografía o vídeo sin casi nuestra intervención, como es el caso de Story Remix, uno de los programas presentados en la Build 2017; y que se encuadra dentro de los Microsoft Cognitive Services.

Pero el uso de la IA no terminaría ahí. Ambas empresas tienen asistentes propios, Cortana en el caso de Microsoft y Assistant en el caso de Google. Y en los dos casos, se trata de una interfaz muy compleja que depende de la voz y no de la escritura ni, en ocasiones, de lo que se ve en pantalla para ofrecer información a los usuarios.

Aquí es cierto que la competencia es muy feroz, con Apple y Siri o Amazon y Alexa; pero parece que Google y Microsoft son las únicas dispuestas a que sus asistentes funcionen en el mayor número de dispositivos posibles. El Asistente llegará al iPhone muy pronto, y Cortana ya funciona en los teléfonos tanto de Apple como con Android, aunque con usos más bien limitados.

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Jugando con las realidades

El otro gran terreno de combate en el que ambas compañías están optando por la misma vía es el de las realidades aumentada y virtual, y todo lo que queda entre medias y empieza a denominarse «realidad mixta».

En este terreno, las diferencias en la aproximación parecen más evidentes. HoloLens, el casco de realidad aumentada de Microsoft, es un dispositivo caro, con unas prestaciones muy avanzadas y conectadas a Windows 10. Google, por su parte, tiene Daydream, unas gafas mucho más asequibles, pensadas para usarlas en móvil, con una potencia mucho más limitada y pensadas para la realidad virtual.

Que cada una se haya centrado en un extremo no significa que no vayan a tocarse. Microsoft ya ha anunciado su colaboración con varios fabricantes, como Acer o HP, para desarrollar dispositivos de realidad virtual para Windows 10. Por su lado, todos conocemos la pasión de Google por la realidad aumentada. Incluso si fracasaron en su primer intento, las lecciones aprendidas con Google Glass no quedarán olvidadas si vuelven a sumergirse en esta área.

En esta área, casi parece que Microsoft tiene una ventaja, o, al menos, más confianza por los productos que está desarrollando. Aunque HoloLens sigue siendo algo muy conceptual y todavía tiene que verse qué aplicaciones pueda llegar a tener, todas las demostraciones han sido asombrosas.

En cambio, Daydream no deja de estar por debajo de Oculus Rift o HTC Vive y en paralelo con el Gear VR de Samsung, que lleva ya años en el mercado. Otra cosa es que Google consiga un ecosistema adecuado de contenidos, que es lo que de momento no tiene nadie fuera del mundo del videojuego.

La guerra de las nubes

Aunque Amazon cuente con la infraestructura de servidores que más grandes empresas y servicios utilizan, eso no parece asustar a Microsoft, que ha doblado su apuesta por Azure, en gran medida, para tener un soporte potente para esos nuevos servicios potenciados por inteligencia artificial.

Nadella sacó músculo en su conferencia de prensa en este ámbito. Office 365 lo emplean más de 500 millones de usuarios, mientras otros 100 millones emplean su herramienta de trabajo colaborativo. En cuanto a Azure, su nube se emplea en un 90% de las empresas de la lista de Fortune 500. No está nada mal, pero está lejos de rivalizar con Google, que es el rey de los servicios digitales y que también tiene un conjunto de programas para ofimática muy fuerte, en parte gracias al uso que los estudiantes hacen de los Chromebook en las universidades de EEUU.

Microsoft necesitará trabajar muchísimo en su tecnología en la nube, más todavía de lo que ha conseguido ya, si quiere que sus futuros servicios potenciados por la inteligencia artificial lleguen a buen puerto.

Otra cosa es si Google y Microsoft sabrán traducir todos estos avances en cuestiones que llamen la atención de los consumidores tanto como su hardware. Que Google anunciara un teléfono fue algo muy sorprendente, lo mismo que cuando Microsoft hizo lo propio con sus nuevos portátiles. ¿Tiene tanto ‘sex appeal’ el mundo de servicios no tangibles como el del hardware?

Es algo que comprobaremos en los próximos años, pues parece que la evolución de estas dos grandes compañías, y de otras muchas, no va ya tanto de la mano de los cacharros que pueden producir, sino de lo que esos dispositivos pueden hacer más allá de sus componentes de alta calidad.

Bruno Toledano/elmundo.es/Foto internet-medios

 

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