SAN DIEGO (EEUU)– El son jarocho ignoró hoy el muro que divide México y Estados Unidos para dejar fluir esta música tradicional y el ruido del zapateo como parte de la décima edición del «Fandango Fronterizo».
Decenas de personas de distintas partes del mundo se dieron cita a ambos lados del tramo del muro fronterizo que se extiende entre Tijuana (México) y la ciudad californiana de San Diego (EEUU) para compartir esta mezcla de versos, guitarras y el baile tradicional veracruzano.
Como todo fandango, esta celebración contó con la tarima para el zapateo, sólo que esta vez, una en cada lado de la frontera.
En suelo tijuanense se «declara el son» y del lado sandieguino se responde, lo que hace de este sitio un lugar ideal para un «evento binacional» único en su tipo, consideró Jorge Castillo, parte del comité organizador de «Fandango Fronterizo».
«Llega un momento en que este lugar se vuelve mágico y te olvidas inclusive que existe el muro», dijo Castillo a Efe.
«Es irónico, porque el muro está aquí para dividirnos y al final termina uniéndonos porque aquí nos reunimos más de 200 personas a tocar», agregó.
En suelo estadounidense, la Patrulla Fronteriza permitió la entrada a más personas de las que normalmente se acepta cada fin de semana que se abre el llamado Parque de la Amistad, un sitio en el que familias separadas por su situación migratoria se ven unos instantes, aunque sea divididos por una malla que limita el contacto a únicamente las puntas de los dedos.
El Fandango Fronterizo logró atraer a visitantes más allá de la región, los cuales esperan que algún día esta celebración se realice sin un muro de por medio.
«Es un evento muy emotivo, una mezcla entre la nostalgia, la protesta, la inconformidad y la esperanza. Es una confluencia de muchas emociones e ideas, y la música es un gran pretexto para expresarlas», opinó Benjamín Muratalla, subdirector de la fonoteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, quien viajó para presenciar el acto.
https://youtu.be/o1F6CC5Kbm8?t=1