RÍO DE JANEIRO.- El congresista Renán Calheiros, dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, comunicó su renuncia partidaria desde el Senado, donde afirmó que «no tiene vocación para ser marioneta» del Ejecutivo.
El senador Calheiros ya había pedido la renuncia del presidente Temer hace poco más de un mes, cuando surgieron las sospechas por las que la Fiscalía ha presentado una denuncia por corrupción pasiva contra el gobernante.
En esta ocasión, declaró que si permaneciera al frente del grupo del PMDB en el Senado sería «como aceptar que el partido es ahora un departamento del Gobierno», al que acusó de promover «intrigas y provocaciones» contra quienes se oponen «a sus dictados».
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En ese sentido reiteró sus críticas a las reformas de corte liberal que promueve Temer en el Parlamento y aseguró que «solamente imponen sacrificios a los más pobres», que «sufrirán» con condiciones más duras para jubilarse o con nuevas leyes laborales que «favorecerán a los patrones».
El senador sostuvo que, la difícil situación financiera del país, debe ser enfrentada con un «plan económico de emergencia» y con unas reformas «que no sean destinadas a abolir los derechos conquistados a duras penas por la clase trabajadora».
Calheiros es la cabeza visible de las fuertes disidencias que anidan en el PMDB, en el cual existen minoritarios sectores que se han unido a la oposición para exigir la renuncia de Temer desde que surgió el escándalo de corrupción que amenaza su permanencia en el poder.
Por esa misma razón, varios pequeños partidos con representación parlamentaria han abandonado la coalición de Gobierno, pero aún así el oficialismo conserva una clara mayoría en ambas cámaras legislativas.
La denuncia presentada por la Fiscalía será remitida por la Corte Suprema a la Cámara de Diputados, que por normas constitucionales debe avalar su aceptación o rechazo.
Si al menos dos tercios de los 513 diputados votan por aceptar la denuncia, el trámite regresará al Tribunal Supremo, que decidirá si finalmente instaura el juicio contra Temer, quien en ese caso sería suspendido del cargo durante los 180 días que duraría el proceso. (ECHA- Agencias)