Alemania en esencia no ha perdido el vértigo ni la claridad de su fútbol tres años después de la goleada que le propinara a Brasil en el Mineirao en aquella goleada por 7-1 en semifinales del Mundial del 2014.
El seleccionado alemán ni al aguatero ha conservado de aquel equipo de Philipp Lahm, Sami Khedira, Toni Kroos, Mesut Ozil y Thomas Müller, entre otros, que lograra el título mundial organizado por los brasileños.
Hoy esa Alemania trituradora ejerce la misma contundencia, con otros nombres, pero igual de eficacia. Que lo digan los mexicanos que no se llevaron una goleada vergonzosa porque los ‘panzers’ de Joachim Löw sacaron el pie del acelerador.
El reinado alemán tiene para rato por la forma cómo se renueva, sin que el recodo acelere alguna pizca de fricción para darse algunos gustos premundialista como el de embolsicarse la Copa Confederaciones.
Digamos que Alemania es el nuevo rey del fútbol con larga vida de por medio y lo vemos cobrar el protagonismo vigente de si andar sencillo, fácil, pero tremendamente efectivo.
Alemania da la pauta de un fútbol sin el acaramelado que vemos en otros lados, incluyendo a Brasil.
Alemania jugará con Chile la final de la Copa Confederaciones
Las potencias futbolísticas ya deben preparar estrategias para acabar con el predominio alemán si por el contrario, habrá pocos que le hagan frente con la advertencia de llevarse una goleada como la sufrida por Brasil y ahora México.
Falta saberse si Chile habrá de tener la frescura de quitarle los kilates a los alemanes en la definición del título, este domingo, en San Petersburgo. Hagan sus apuestas. (Hugo Laredo Medina).