HAMBURGO/Alemania.- La Policía germana tuvo que recurrir a cañones de agua a presión para dispersar a los manifestantes que protestan contra la la cumbre del G-20, que reúne a los líderes de las principales potencias políticas y económicas del mundo, y que se inicia este viernes.
Las movilizaciones radicales han desatado disturbios entre manifestantes y policías a lo largo de toda la ciudad, encabezados por un millar de encapuchados en la marcha bautizada como Bienvenidos al infierno.
Los primeros incidentes ocurrieron poco después de arrancar la marcha, en la que participaban unos 12,000 manifestantes que llevaban concentrados en una popular plaza del barrio de St Pauli desde primera hora de la tarde, a la espera de iniciar su recorrido e intentar llegar a 300 metros del centro de congresos donde se celebrará la cumbre.
https://www.youtube.com/watch?v=3rfL3o9hEqY
Se registraron los primeros lanzamientos de objetos contra los antidisturbios, que actuaron para deslindar a los grupos de violentos del resto de manifestantes, en su mayoría pacíficos, informò el portal 20minutos.es
La policía informó a continuación de la quema de un automóvil y de la agresión sufrida por su portavoz, Timo Zill, cuando realizaba unas declaraciones a un medio, pero poco después comenzaron los incidentes más graves, con ataques a los agentes, barricadas y la rotura de escaparates y mobiliario urbano.
En un radio de 43 kilómetros cuadrados de casco urbano, entre el centro de congresos y los lugares donde se alojan las 36 delegaciones asistentes a la cumbre, además de las rutas previstas para sus desplazamientos, impera el veto a toda manifestación y solo se permite el acceso a los vecinos acreditados como tales.
«Tienen secuestrados los derechos ciudadanos por un grupo que no representa a nadie, más que al capital», expresó Andreas Blechschmidt, miembro del colectivo Rote Flora, una casa ocupada desde hace una década, en el corazón de Hamburgo, epicentro de la protesta de los antisistema.
https://www.youtube.com/watch?v=1tLCM6dfoSo
Hasta 8.000 manifestantes dispuestos a la violencia estimaban los servicios de seguridad alemanes que podían desplazarse a Hamburgo con motivo de la cumbre de los poderosos y emergentes, con Angela Merkel como anfitriona y el estadounidense Donald Trump y el ruso Vladímir Putin entre sus asistentes.
Más de 19,000 agentes forman el dispositivo policial desplegado en esta ciudad hanseática alemana con el objetivo de proteger la cumbre, sea de ataques terroristas o de alborotadores.
La crítica al G-20 «es bienvenida» y el derecho a la libertad de expresión está garantizado, había advertido reiteradamente el ministro del Interior, Thomas de Maizière, respecto a la veintena de actos de protesta de diversa índole convocados contra la cumbre.(ECHA-Agencias)
https://www.youtube.com/watch?v=5O8nksmUlyo