NUEVA YORK.- Al menos dieciséis periodistas sirios se han visto obligados a vivir en el exilio en los últimos doce meses y desde 2011 ya superan el centenar, informó hoy el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
La organización, con sede en Nueva York, dio a conocer hoy un informe sobre el exilio que sufren los profesionales de la comunicación en Siria, el país que durante los últimos tres años se ha convertido en el más peligroso para el ejercicio del periodismo.
El informe se difunde en vísperas de que el 20 de junio se celebre el Día Mundial del Refugiado y recoge los testimonios de cuatro de esos periodistas que se han visto obligados a salir del país.
El CPJ señala que en los últimos doce meses ha prestado asistencia a 82 periodistas de treinta países que han abandonado sus lugares de origen por la persecución de la que han sido víctimas a causa de su actividad profesional.
En el caso de Siria, la organización ha ayudado a 101 periodistas forzados al exilio desde marzo del 2011, cuando estallaron las revueltas populares contra el régimen que encabeza el presidente Bachar al Asad que derivaron en una guerra civil.
«En los últimos cinco años, el país ha visto cómo han huido de allí más periodistas que en cualquier otro país en el mundo», dice el informe.
Según el texto, «la historia de los periodistas sirios exiliados es única, porque un gran número de los que corrieron peligro mientras documentaban y difundían las noticias no eran inicialmente periodistas«.
Se sumaron a esas labores para informar al resto del mundo lo que ocurría en su país, «sobre todo porque los periodistas extranjeros eran cada vez más excluidos y sufrían mayores peligros», añade el documento.
Desde fines del 2011, recuerda el CPJ, un total de 82 periodistas han muerto en Siria por sus actividades profesionales.
El informe detalla los casos de Awad Alali, un ingeniero que comenzó a filmar protestas el 2011, ahora exiliado en Alemania, y el de Bassel Tawil, un diseñador gráfico convertido en periodista, exiliado en Francia.
También recoge el testimonio de Mohammad Ghannam, un ingeniero mecánico palestino convertido en periodista en Siria el 2011, también exiliado en Francia, y el de Yasmine Merei, que dejó también su familia en Siria y se refugió en Turquía.
Al menos 30 periodistas han sido secuestrados, tomados como prisioneros o han desaparecido tras haber sido amenazados por extremistas en Siria.