WASHINGTON/EEUU.- El octavo asistente a la reunión de Donald Trump Jr. hijo del presidente de EEUU, con la abogada rusa, Natalia Veselnitskay, es el magnate inmobiliario, Ike Kaveladze, cuya presencia fue confirmada por su abogado, Scott Balber.
Kaveladze es vicepresidente de Crocus Group, la compañía de desarrollo inmobiliario dirigida por el arzobispo azerbaiyano-ruso Aras Agalarov, de acuerdo con la página laboral de la plataforma LinkedIn de Kaveladze.
Su sitio web personal señala textualmente que «es responsable de múltiples partes del proyecto de desarrollo de la compañía en Rusia».
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Balber también es abogado de Emin y Aras Agalarov, dos de los productores clave del concurso Miss Universo propiedad de Trump en el año 2013, según detalla el diario The Washington Post.
El abogado dijo que Kaveladze trabaja para la compañía de los Agalarovs y asistió como su representante.
Aseguró además haber recibido una llamada del fiscal especial para la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones, Robert Mueller, durante el fin de semana, en la que le solicitó la identidad del representante de Agalarov, es decir, Kaveladze.
Esta llamada es la primera indicación pública de que el equipo de Mueller está investigando la reunión que saltó a la luz la semana pasada.
Trump Jr. acordó reunirse con la abogada Natalia Veselnitskay con la promesa de que ella le proporcionara información comprometedora para Clinton como parte de los esfuerzos del Kremlin para ayudar a la campaña presidencial de su padre, de acuerdo con los correos electrónicos publicados por el propio primogénito del magnate la semana pasada.
A aquella reunión también asistieron, además del propio Trump Jr. y la abogada Natalia Veselnitskaya, un traductor de la letrada, identificado como Anatoli Samochornov; Jared Kushner, el yerno del presidente y Paul Manafort, jefe de la campaña presidencial.
La lista la completan Rinat Akhmetshin, un lobista ruso-estadounidense que buscaba el levantamiento de las sanciones a Moscú por parte de Washington impuestas en el 2012, y el publicita británico Rob Goldstone, quien cuadró el encuentro.
De acuerdo a algunos analistas, se trataría de la prueba pública más tangible sobre una posible coordinación entre el Gobierno ruso y la campaña del multimillonario para interferir en las elecciones presidenciales del noviembre pasado. (ECHA – Agencias)