SANTIAGO DE CHILE.- Un grupo de científicos chilenos logró secuenciar el genoma de la corvina chilena, lo que permitirá identificar, de una forma más rápida, a los ejemplares más aptos para el cultivo y diversificar así la producción acuícola del país.
Esta identificación de los más aptos se realiza en función de su rendimiento productivo y de su estado de salud, explicó en declaraciones a Efe Álvaro Sandoval, jefe del área de Investigación y Desarrollo del laboratorio de diagnóstico ADL Diagnostic Chile.
De esta manera, tras la toma de muestras de algunos peces y su posterior secuenciación, la investigación se centrará ahora en la anotación funcional del genoma, es decir, la identificación de los genes involucrados en la fisiología de estos peces que regulan sus procesos biológicos.
Una vez terminada la identificación, el siguiente paso será la realización de una librería de «snips», como se conoce a las pequeñas mutaciones a veces asociadas a un gen en particular.
Estas mutaciones se usan como marcadores, porque al identificar dónde se encuentran, se pueden asociar a un eventual gen que determine una característica, señaló Sandoval.
«Si identificamos todos los snips que tienen que ver con un rápido crecimiento de los peces, podríamos montar un programa genético en función de la selección de los individuos que los presenten», apuntó.
De esta forma, a través de las mutaciones, se podrán identificar, por ejemplo, cuáles son más capaces de soportar las grandes fluctuaciones de temperatura que se dan en las aguas del norte de Chile o cuáles son más resistentes a las enfermedades y así poder construir sus programas genéticos.
La importancia de este nuevo método también radica en que cambia los procedimientos anteriores, para producir más y mejores corvinas.
«Antiguamente lo que se hacía básicamente era una prueba de ensayo y error. Se cultivaban individuos, se veía cuáles eran los más grandes y se los iba seleccionando para hacer los programas genéticos», indicó Sandoval.
«Pero ahora se puede hacer una prueba, identificar inmediatamente los genes y, a partir de ahí, desarrollar un programa genético, con lo que se ahorra mucho tiempo», agregó.
El objetivo final de este programa, iniciado hace seis años, es mejorar el desarrollo tecnológico del cultivo de la corvina para sustentar y diversificar una industria acuícola con peces chilenos.
De esta forma se evitarán los problemas con las cotas de pesca y la sobreexplotación de los recursos acuícolas, así como la introducción de enfermedades de especies como el salmón.