SANTIAGO DE CHILE.- El diputado José Antonio Kast, candidato ultraconservador a la Presidencia de Chile, afirmó hoy que su objetivo es pasar a segunda vuelta en las elecciones del 19 de noviembre junto al expresidente Sebastián Piñera y lograr así «desarticular» a la izquierda.
«La manera de hacer un cambio radical en la administración pública chilena es que dos candidatos de centro-derecha pasen a segunda vuelta», dijo en un encuentro con corresponsales extranjeros Kast.
El diputado, que según las últimas encuestas tiene un apoyo de 2%, se presenta a los comicios del 19 de noviembre como independiente, tras renunciar el año pasado a su militancia en la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI).
Pese al bajo respaldo en los sondeos, Kast ve «absolutamente factible» convertirse en el segundo candidato más votado si consigue atraer al electorado desencantado con la política que no quiere sufragar.
«Hay un universo de gente que se desafectó de la política porque dejó de hablar con la verdad y las personas dejaron de creer. El mensaje que transmitimos hoy día es que la gente vuelva a creer que en política se pueden hacer las cosas de manera distinta», sostuvo.
Kast está convencido de que goza de un mayor apoyo que no se refleja en las encuestas y cree que si llega a mediados de octubre con una intención de voto de 10%, «perfectamente podemos el mes siguiente dar un golpe en la mesa» y pasar a segunda vuelta junto a Piñera, que es el candidato de la coalición de derecha.
El diputado se define como un candidato «de derecha», reivindica sin tapujos la «obra» del «Gobierno militar» que encabezó el dictador Augusto Pinochet (1973-1990) y se declara contrario al aborto, al matrimonio homosexual, y a favor de restringir la inmigración.
En ese sentido, afirmó que la sociedad chilena es más conservadora de lo que dicen las encuestas, que reflejan un respaldo mayoritario a políticas sociales promovidas por la presidenta Michelle Bachelet como la despenalización del aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.
«La gente en la calle no está pensando en la ley de aborto ni en el matrimonio homosexual. Piensa en si la van a atender bien en un hospital si se enferma, si va a tardar dos horas en ir al trabajo, si habrá educación de calidad para sus hijos. Y ahí tengo una respuesta muy distinta a las políticas del Gobierno de Bachelet», sostuvo.
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Kast prometió mano dura para hacer frente al «terrorismo» en el sur del país en el marco del llamado conflicto mapuche, una estrategia similar a la que aplicó en Colombia contra las FARC el expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010), con quien el diputado se reunió hace un tiempo.
En su opinión, los grupos que cometen atentados en el sur de Chile están integrados por chilenos, algunos de los cuales se consideran mapuches, y extranjeros, y han logrado ahuyentar la presencia del Estado.
En ese sentido, propone decretar, cuando sea necesario, el estado de excepción para que las Fuerzas Armadas se ocupen de custodiar personas y bienes, y Carabineros pueda «capturar a los terroristas».
También se mostró partidario de detener la entrega de tierras a comunidades indígenas mientras se registren hechos de violencia.Kast dijo que se opone al posible cierre de Punta Peuco, una cárcel especial para militares y policías condenados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet, y consideró que en Chile se aplica «la venganza y no la justicia».
El candidato aseguró que en la mayoría de los países existen «cárceles segregadas» para miembros de las Fuerzas Armadas y criticó que los exuniformados que cumplen condena no pueden postular a beneficios carcelarios, a diferencia del resto de los presos.
En asuntos de política exterior, opina que Chile debe asumir una posición más dura frente a Venezuela, donde cree que «tarde o temprano habrá una intervención de las Fuerzas Armadas» para poner fin a la «dictadura» del presidente Nicolás Maduro.
Y con Bolivia, país con el que Chile mantiene dos litigios en tribunales internacionales, Kast aseguró que hay «poco que hacer» mientras Evo Morales sea presidente.
«Morales no razona, politiza todas las relaciones internacionales y es capaz de dañar a su propio pueblo con tal de mantenerse en el poder», argumentó.
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