LA PAZ.- La fuerza antidrogas de Bolivia ha detectado el uso, cada vez más frecuente, de rebaños de llamas para introducir cocaína desde Bolivia a Chile a través de las zonas de pasto que se encuentran en la frontera entre ambos países, informaron hoy medios locales.
La droga es camuflada entre el pelaje de los animales y también introducida en cápsulas en sus estómagos, según publica el diario boliviano La Razón, que cita fuentes de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn).
Los rebaños, que antes cruzaban la frontera unas dos veces al día en busca de alimento, lo hacen ahora hasta cinco veces cada jornada, lo que despertó las sospechas de las autoridades, que comenzaron a inspeccionar a los animales y detectaron la droga.
Una recua de unas cincuenta llamas puede transportar en cada viaje hasta cien kilos de cocaína, según la misma fuente.
En los últimos cuatro meses se detectaron entre 30 y 50 casos de este tipo, principalmente en las áreas fronterizas de los departamentos de Oruro y Potosí, en el altiplano boliviano.
El ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Carlos Romero, confirmó en declaraciones al citado medio que las autoridades están al tanto de esta nueva modalidad de narcotráfico.
«Sí, es posible que se saque la droga en los animales como nuevo método», dijo el ministro, quien reconoció «la creatividad de los traficantes de droga, que se inventaron todo tipo de mecanismos en el último tiempo».
Bolivia ha anunciado que reforzará los controles en las zonas fronterizas con Chile donde se produce este tipo de tráfico ilícito.
El país andino es, junto a Perú y Colombia, uno de los tres principales productores mundiales de hoja de coca, que es el ingrediente principal para sintetizar su derivado ilegal, la cocaína.
La hoja de coca tiene en Bolivia usos culturales y medicinales reconocidos en la Constitución, pero una parte importante de la producción de la planta es desviada al narcotráfico.
En lo que va de año, la fuerza boliviana antinarcóticos ha incautado de 48,2 toneladas de droga (34,8 toneladas de marihuana y 13,4 de cocaína), ha detenido a 1.653 personas por supuestos delitos de narcotráfico y destruido 1.485 laboratorios de producción, purificación y reciclaje de cocaína.