La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aconsejó hoy a los países de Latinoamérica y el Caribe a modernizar la formación profesional para elevar su calidad y adaptarla a las nuevas habilidades y tecnologías que requerirá el mercado laboral a mediano y largo plazo.
Las recomendaciones de la OIT están recogidas en el documento «El futuro de la formación profesional en América Latina y el Caribe», presentado hoy en Lima durante el «Encuentro con Educadores: los empleos del futuro», que organizó el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (Senati) de Perú.
El informe está elaborado por la oficina para América Latina y el Caribe de la OIT y el Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (Cinterfor) de la misma OIT.
Contiene diez pautas para renovar la formación profesional en la región, como alinearse mejor con las políticas de desarrollo productivo y los cambios tecnológicos, apoyarse más fuertemente en el diálogo social y tener marcos regulatorios adecuados y los recursos suficientes.
También mejorar la calidad y la eficacia de los sistemas, impulsar la formación dual, que utiliza a las empresas como lugar de aprendizaje; mejorar la articulación con los servicios de empleo y promover la igualdad de oportunidades.
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El estudio dice que en este momento se requiere «una mirada de largo plazo y de futuro, basada en las realidades del presente, sobre el mundo de la formación y su relación con los retos del desarrollo productivo y el empleo en la región».
Durante la presentación del documento, el especialista Fernando Vargas, del Cinterfor, comentó que «el talento humano debe ser entendido como fin y medio para el desarrollo en América Latina y el Caribe».
«Esto es particularmente importante en momentos en que la evolución de los sistemas de enseñanza promete renovar la forma en que se aprende y las nuevas tecnologías cambian la forma en que se trabaja», agregó.
El informe resaltó una correlación clara entre el tamaño de empresa la y el nivel educativo y la calidad del empleo, pues la proporción de trabajadores con educación terciaria crece con el tamaño de la empresa.
En la microempresa es el 15%, mientras que en la empresa pequeña es el 28%, en la mediana el 37% y en la grande el 50%.
El nivel educativo también está altamente relacionado con la informalidad, que afecta a casi el 50% de los trabajadores, ya que cuanto más alto es el nivel educativo, más baja es la incidencia del empleo informal, dice el documento de la OIT.
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