BOGOTÁ (Colombia).- La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP-OEA) repudió hoy el asesinato del líder comunitario José Jair Cortés ocurrido en el suroeste del país y pidió «celeridad» en las investigaciones para esclarecer los hechos y evitar «la impunidad».
Cortés, que era uno de los miembros del Consejo Comunitario del territorio de Alto Mira y Frontera en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, fue asesinado este martes en el municipio de Tumaco.
«La misión hace un llamado a las autoridades para adelantar con celeridad las investigaciones pertinentes con miras a esclarecer los hechos, brindar justicia y evitar la impunidad en este caso», señaló el organismo en un comunicado.
Igualmente, la MAPP/OEA pidió investigar y esclarecer el confuso incidente ocurrido en el caserío El Tandíl «donde siete campesinos resultaron muertos en medio de una manifestación contra la erradicación de cultivos ilícitos y posteriormente una comisión humanitaria fue objeto de hostigamientos».
La misión también exhortó al Gobierno de Colombia a garantizar la seguridad de las poblaciones campesinas, afrodescendientes e indígenas de la zona.
Además, planteó reforzar las medidas de protección a líderes sociales y defensores de Derechos Humanos «que deben ser adecuadas a las realidades de las personas y a las particularidades de los territorios, en su mayoría aislados y objeto de dinámicas violentas por el control de economías ilícitas y disputas entre diversos grupos armados ilegales».
La MAPP-OEA expresó su profunda preocupación por los asesinatos y amenazas a líderes que desarrollan labores de visibilización de afectaciones y reivindicaciones sociales en Nariño y otras zonas del país.
«En concepto de la misión, dichos atentados ponen en riesgo los procesos de construcción de paz, al tiempo que resquebrajan el tejido social de las comunidades, quienes se ven abocadas a continuas situaciones de violencia, tensión, zozobra y vulnerabilidad», añadió el comunicado.
Tumaco es el municipio colombiano con más hectáreas de coca sembradas y foco permanente de conflictos territoriales entre guerrillas, narcotraficantes y otras organizaciones criminales.
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