Mientras que las calles de Lima y Callao estuvieron desiertas por la realización del XII Censo Nacional de Población y Vivienda, el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez fue un hervidero de personas que llegaba a la capital o salía de ella hacia otros puntos del país o del mundo.
Los vuelos nacionales e internacionales cumplieron su programación, aunque algunos como los que se dirigían a Cusco sufrieron algún retraso. Sin embargo, los servicios de comida, bancario, telefonía y comercios de ropa, joyería, dulces, entre otros, atendieron a los viajeros sin interrupción.
Los empadronadores del Censo Nacional 2017 se ubicaron en la zona de recojo de equipaje de los pasajeros de vuelos nacionales y cumplieron con censar a los que iban llegando de otras ciudades del país.
Como estuvieron en zona restringida, los pasajeros que iban llegando de otras regiones al aeropuerto no sabían si iban a ser censados allí o en su ciudad de origen. (Andina)