BRASILIA.- Por 172 votos a favor y 157 en contra el Congreso, con mayoría oficialista, frenó la demanda por corrupción que el fiscal general presentó contra el presidente, Michel Temer, y que lo podría haber sentado en el banquillo del Tribunal Supremo.
Se han tramitado tres denuncias por graves delitos de corrupción contra Michel Temer y, desde este miércoles , el presidente brasileño ha salido ileso de las tres a pesar de las evidencias acumuladas en su contra.
De la primera le salvó el Tribunal Superior Electoral, presidido por un magistrado que actúa sin tapujos como consejero ocasional de Temer. De la segunda, la Cámara de Diputados.
La tercera, que la misma Cámara ha votado este miércoles, ha acabado en idéntico destino, según el pronóstico unánime, en una demostración de que el Gobierno y sus aliados han logrado poner límites a las investigaciones sobre corrupción que sacuden a los principales partidos brasileños.
Todo Brasil pudo oír una conversación grabada, en las fechas previas al impeachment de la anterior presidenta, Dilma Rousseff, entre tres destacados dirigentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la formación política de Temer.
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Uno de ellos, Romero Jucá, actual líder del Gobierno en el Senado, defendía que era necesario tomar el poder para “estancar la sangría” de las investigaciones contra la corrupción.
No pocos analistas defienden que ese fue el motivo de fondo para que el año pasado el PMDB rompiese su alianza con el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) y se uniese a la oposición para derribar a Rousseff. (ECHA -Agencias)