Perú encontró un rival tozudo al que no le pudo hacer daño y tuvo que conformarse con la igualada para que la llave del repechaje quede abierta y todo se decidirá en Lima, en el partido de vuelta.
El once bicolor no encontró la forma de taladrar la muralla rival que empleó una fórmula compacta para agruparse y cerrar los caminos para evitar que los goles lleguen a su arco. Ahí estuvo el problema porque no se pudo encontrar alternativas.
Perú no tuvo el brillo de otras jornadas gananciosas y resignó el empate en una cancha donde el once peruano no se sintió cómodo pero esas son las adversidades que se encuentran cuando se juega de visita.
La cancha estrecha y reducida fue también un comodín que el rival utilizó para que el once peruano no tuviera amplitud para las subidas de Carrillo y Flores y con esa estrechez de espacios no se pudo ser más claros.
Lo bueno es que el equipo empató y peor hubiera sido lamentar la derrota que habría de remontar el miércoles 15 en el estadio Nacional.
La ausencia de Paolo Guerrero se notó pese al empeño de Jefferson Farfán de ser el ‘9’ peleador para aguantar los envíos largos y ser portador de la primera cuota de gol.
Se vio que fue un partido apretado y luchado por lo que se juega en la cancha. La clasificación a un Mundial genera situaciones en la que los equipos buscan no fallar para agenciarse de un resultado favorable.
En el caso peruano, fue un buen logro el empate que no incomoda a nadie tratándose de ser visitante. Queda la posibilidad de ganar en la vuelta y eso hay que valorarlo.
Sin embargo Ricardo Gareca conociendo al rival tendrá que agotar a favor los últimos 90 minutos que restan para llegar al Mundial de Rusia 2018.