NUEVA YORK/EEUU.- La periodista mexicana Patricia Mayorga recogió este miércoles el Premio Internacional Libertad de Prensa, concedido por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), y lo dedicó a sus colegas asesinados por denunciar los lazos entre la política y el narcotráfico en México.
Mayorga obtuvo este reconocimiento por su trabajo de investigación para la revista Proceso sobre los presuntos vínculos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con el crimen organizado, y las desapariciones forzosas de indígenas en el país.
La periodista recordó a sus compañeros Miroslava Breach y Javier Valdez, asesinados este año. «Ellos nos dejaron el reto de desnudar la narcopolítica y a los corruptos que tan inmenso daño le hacen a nuestro pueblo», sentenció la mexicana tras recibir el galardón de manos de la actriz Meryl Streep.
«Trabajamos entre quienes intentan controlar y destruir al periodismo, donde se condiciona la línea editorial a convenios de publicidad oficial a costa del dolor exacerbado de los mexicanos», añadió la reportera, que tras recibir amenazas de muerte se vio obligada a exiliarse en Perú.
Mayorga rememoró una conversación con Miroslova Breach dos meses antes de su asesinato. «Nos preguntábamos por qué seguíamos. Ella se negaba a ser cómplice y yo a no defraudar a la gente de este país que ha puesto su última esperanza en el periodismo«.
La mexicana compartió el prestigioso galardón con el periodista camerunés Ahmed Abba, el tailandés Pravit Rojanaphruk y la yemení Afrah Nasser.
La gala nocturna, celebrada en un hotel de Nueva York, recaudó 1.9 millones de dólares y tuvo como maestra de ceremonias a la veterana periodista de la CNN Christiane Amanpour.
«Es nuestra obligación luchar para que estos periodistas puedan trabajar en un entorno lo más seguro posible, tanto aquí como fuera», dijo la periodista.
Amanpour se dirigió a los directores de medios de comunicación presentes en la gala y les dijo: «Tal vez no podamos hacer caer a los dictadores, pero sí podemos echar a los depredadores sexuales» de las redacciones.
Uno de los momentos más emotivos de la gala fue cuando el público rindió un enorme aplauso al periodista Ahmed Abba, en prisión desde hace 840 días por su cobertura del grupo extremista Boko Haram en Camerún y condenado a 10 años de cárcel.
Amanpour repartió postales entre los asistentes y les pidió que escribieran mensajes de apoyo a Abba, que este jueves comparecerá por tercera vez ante la justicia militar.
Por su parte, la periodista Afrah Nasser explicó que, cuando llegó la primera árabe a Yemen, muchos reporteros como ella se «atrevieron a imaginar» un país con libertad de prensa, pero su sueño se desvaneció pronto ante un alud de «detenciones, torturas, desapariciones forzosas y asesinatos».
«Lo que le está pasando a los periodistas yemeníes es un reflejo más de lo que está sufriendo toda la sociedad», subrayó Nasser, que urgió a los líderes internacionales a abandonar la «apatía» y a alzar la voz en defensa de la libertad de prensa y los derechos humanos.
Tampoco faltaron los aplausos para el periodista Pravit Rojanaphruk, quien denunció que criticar a la monarquía tailandesa está penado con entre tres y quince años de cárcel.
Él mismo explicó que, pocos días después de conocerse que sería premiado, supo que se enfrentaba a 14 años entre rejas acusado de sedición por escribir varios artículos críticos con la corona publicados en Facebook.
La actriz Meryl Streep destacó que «nunca antes ha habido una época más emocionante, agotadora y, admitámoslo, peligrosa para ser periodista de investigación, especialmente para las mujeres», a quienes les atribuyó un sexto sentido para anticipar las situaciones de peligro porque están «habituadas» a vivir siempre alertas.
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