GINEBRA (Suiza).- Más de 4,000 millones de personas (algo más de la mitad de la población mundial) carecen de cobertura de protección social, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado hoy.
El informe mundial sobre la protección social 2017-2019, revela que solo el 45% de la población mundial se beneficia efectivamente de al menos una prestación social, mientras que el 55% restante no tiene ninguna protección.
«Negar este derecho humano a 4,000 millones de personas en el mundo constituye un gran obstáculo para el desarrollo social y económico», señaló en rueda de prensa el director general de la OIT, Guy Ryder.
El nuevo estudio también muestra que solo el 29% de la población mundial dispone del acceso a una seguridad social integral, lo que representa no obstante un «pequeño» aumento frente al 27% del 2014-2015, en tanto que el 71% o 5,200 millones de personas no están protegidas o lo están únicamente parcialmente.
El estudio muestra asimismo que solo el 35% de los niños del mundo se beneficia de un acceso efectivo a la protección social, por lo que más de 1,300 millones de menores no están cubiertos, la mayoría en África y Asia.
En promedio, sólo el 1.1% del PIB es destinado a las prestaciones familiares y a la infancia entre 0 y 14 años, «lo cual pone en evidencia que la inversión en los niños es significativamente insuficiente», señala la OIT.
Por su parte, la cobertura de la protección social para las personas en edad de trabajar sigue siendo limitada.
Solo 21.8% de los trabajadores desempleados se beneficia de prestaciones de desempleo, mientras que 152 millones de trabajadores desempleados no tienen cobertura, destacó Ryder.
Con respecto a las mujeres, solo el 41,1% de las madres de recién nacidos perciben una prestación por maternidad y 83 millones de las nuevas madres no tienen cobertura.
Los nuevos datos de la OIT muestra también que en el mundo solo 27.8% de las personas con discapacidades severas reciben una prestación por discapacidad.
Sin embargo, la investigación indica que, a nivel mundial, el 68% de las personas que superan la edad que da derecho a la jubilación reciben una pensión por tal motivo, lo que la OIT atribuye a la expansión de las pensiones contributivas y no contributivas en numerosos países de ingresos medios y bajos.
En promedio, y con grandes variaciones regionales, el gasto en pensiones y otras prestaciones para los adultos mayores representa el 6.9% del PIB, pero el informe pone de manifiesto que «el nivel de las prestaciones es con frecuencia demasiado bajo e inadecuado para permitir que los adultos mayores salgan de la pobreza».
Esta tendencia suele estar incentivada por las medidas de austeridad», destaca la OIT.
El estudio igualmente muestra que el derecho a la salud todavía no es una realidad en muchas regiones del mundo, en especial en las zonas rurales, donde 56% de la población carece de cobertura de salud, frente al 22% en las zonas urbanas.
La OIT calcula que serán necesarios otros 10 millones de trabajadores sanitarios para poder alcanzar la cobertura universal de la salud y garantizar la seguridad de la población.
Los cuidados de larga duración -necesarios sobre todo para los adultos mayores- siguen excluyendo a más del 48% de la población mundial y las mujeres resultan desproporcionadamente afectadas.
Sólo el 5.6% de la población mundial vive en países que ofrecen una cobertura de cuidados de larga duración para toda la población, de acuerdo con su legislación nacional, según la OIT.
Como consecuencia, se estima que unos 57 millones de trabajadores «voluntarios» no remunerados dispensan la gran parte de los cuidados de larga duración, principalmente mujeres que llevan la mayor parte del peso del cuidado informal de los familiares.
«En el año 2017 esta carencia global en la protección social es y debería ser vista como algo completamente inaceptable», dijo Ryder.
Para remediar esta situación, el informe recomienda aumentar el gasto público destinado a la protección social, a fin de extender la cobertura social, sobre todo en África, Asia y los estados árabes, para garantizar al menos un suelo de protección social básico para todos, señaló el director general de la OIT.
Ryder también dijo que es importante la «idoneidad» del nivel de las prestaciones sociales, ya que a menudo son insuficientes para sacar a personas de la pobreza y la inseguridad.
También destacó la necesidad de extender la protección social a los trabajadores de la economía informal como una manera de formalizar su actividad y mejorar sus condiciones de trabajo.
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