Pese a que es bien conocido que no le gusta el fútbol, el presidente ruso, Vladímir Putin, fue el encargado de abrir el sorteo del Mundial Rusia 2018 en el Palacio del Kremlin, aunque fue Diego Armando Maradona quien puso la nota de color.
Amigo del anterior mandatario de la FIFA caído en desgracia, Joseph Blatter, Putin salió al escenario acompañado del nuevo presidente del máximo organismo del fútbol mundial, Gianni Infantino, que le cedió elegantemente la palabra.
Por suerte, las intervenciones fueron breves, ya que todos los presentes querían conocer cuanto antes sus rivales para irse a sus hoteles, ya que las temperaturas bajo cero de los últimos días y la ventisca de hoy dejaron congelado a más de uno.
En el entreacto llegó al escenario Alsú, la bellísima cantante rusa de sangre tártara.
Alsú, acompañada del famoso presentador ruso Iván Urgant, fue la encargada de entrevistar al alemán Miroslav Klose, que subió con el trofeo del Mundial al ser el máximo goleador de la historia de la Copa del Mundo.
En cuanto las estrellas del fútbol saltaron a la palestra, todos los focos se centraron en Diego Armando Maradona, que optó por una llamativa pajarita amarilla y que no dejó de fruncir el ceño durante toda la ceremonia.
La leyenda argentina, que ya se había ausentado de los ensayos por problemas de salud, según la FIFA, llegó a la alfombra roja con visibles muestras de agotamiento.
«Estoy cansado», dijo, y lamentó que la organización le obligara a ensayar el sorteo una y otra vez, cuando las rodillas le estaban matando.
Genio y figura, Maradona llegó acompañado de una despampanante joven con abrigo de pieles, Rocío Oliva, que mantuvo la compostura durante una entrevista en la que el discurso del argentino era difícil de comprender.
Lo único que todo el mundo entendió es que su relación con el seleccionador argentino, Jorge Sampaoli, es tensa, ya que al ser preguntado durante el sorteo por el grupo que le había tocado en suerte a la Albiceleste aprovechó para decir que jugaba muy mal.
Aunque es verdad que antes del sorteo expresó su esperanza de que Rusia sea «el Mundial de Messi», jugador al que alaba siempre que puede.
El maestro de ceremonias, Gary Lineker, con el que se había fotografiado horas antes, también aprovechó para tomarle el pelo cuando estaba dándole la vuelta a las bolas.
«Diego siempre ha sido bueno con las manos», dijo el actual comentarista y máximo goleador del Mundial de México, en alusión al famoso gol con la mano en los cuartos de final ante Argentina, jugada conocida como la «mano de Dios».
La broma se convirtió en viral en cuestión de minutos, especialmente en Inglaterra, donde aún recuerdan no sólo ese tanto ilegal, sino el otro que marcó Maradona ese día y que es considerado unánimemente como el mejor gol de la historia.
Seguro que Jorge Valdano, que disputó dicho partido y estaba también en la sala del Kremlin como colaborador de una televisión mexicana, no pudo evitar sonreír.
Maradona fue además el encargado de sacar la bola con el nombre de España, que después acabaría recalando en el Grupo B, cuyo cabeza de serie es la Portugal de Cristiano Ronaldo.
Eso sí, ésta vez se mordió la lengua a la hora de hacer afirmaciones políticas, aunque es bien conocida su admiración por Putin.
El resto de asistentes, empezando por Forlán, Cafú, Blanc o Puyol, respetaron el programa al pie de la letra, aunque eso no les libró de ser objeto de las bromas de Lineker.
«Es bueno tener a un italiano en la Copa Mundial», le dijo el inglés al italiano Fabio Cannavaro, cuando éste había sacado una bola de la urna, en referencia a la inesperada eliminación de la escuadra ‘azzurra’ a manos de Suecia en la repesca.
Por eso fue elegido presentador, ya que el antiguo delantero del Barcelona se ha convertido en los últimos años en un auténtico ‘terrorista’ televisivo, como se vio en el agrio enfrentamiento que mantuvo con el jugador francés del Real Madrid Karim Benzema.
El espectáculo era seguido en primera fila por «O Rei», Pelé, que también tuvo que hacer un gran esfuerzo para viajar a Moscú y que estuvo respaldado en todo momento por Ronaldo y Ronaldinho.
Le esperaba en el escenario Gordon Banks, el histórico portero inglés, campeón del mundo en 1966 y al que Pelé obligó a hacer en el Mundial de 1970 una de las mejores paradas de la historia del torneo.
Eso sí, el veterano guardameta no dudó en asegurar que la «Araña Negra», el ruso Lev Yashin, fue el mejor portero de la historia y recibió en su momento el Balón de Oro de manera absolutamente justa.
Pasaron también por la alfombra roja otras leyendas como Clarence Seedorf, Samuel Etoo, Peter Schmeichel, Marcel Desailly y Tomas Brolin.
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