Luego de más de dos años de juicio y de múltiples prácticas dilatorias, el 23 y 24 de noviembre pasados tanto la Fiscalía como la Procuraduría General de la Nación (PGN) de Colombia pidieron sentencia condenatoria contra Ronal Harbey Rivera Rodríguez y Rodolfo Medina Alemán, ex agentes de la inteligencia colombiana acusados de torturar a la periodista Claudia Julieta Duque.
Durante los alegatos de conclusión del primer juicio que llega a su fin en el caso de Duque, torturada psicológicamente en un período de al menos tres años (2001-2004) por su investigación del caso Jaime Garzón, la Fiscalía General de la Nación (FGN) afirmó que no tiene duda alguna de la responsabilidad de los sindicados, dada la existencia de «prueba documental contundente que muestra realmente lo vivenciado por Duque Orrego para aquel entonces, como consecuencia del actuar ilegal de funcionarios del extinto Departamento Administrativo de Seguridad – DAS» (extinta policía secreta de Colombia).
Así se expresó la fiscal, Gilma Amparo Duarte de la Dirección de Derechos Humanos de la FGN, frente a Sergio León Martínez, Juez Segundo Penal Especializado de Bogotá el pasado 23 de noviembre. El 19 de octubre de 2017, esa misma fiscal declaró el caso de la periodista como un crimen contra la humanidad, pero en un proceso diferente.
Un amplio memorial de más de 52 páginas en el que se resume la investigación contra Rivera Rodríguez y Medina Alemán, el primero detenido desde hace más de dos años y el segundo prófugo.
«Estamos ante una conducta eminentemente dolosa desarrollada, entre otros, por los aquí acusados señores Harbey Rivera Rodríguez y Rodolfo Medina Alemán», destacó Ignacio Humberto Alfonso Beltrán, delegado especial para la vigilancia del caso por parte de la PGN.
El proceso judicial inició en diciembre de 2015, pero sufrió retrasos por diversos motivos, entre ellos las argucias legas utilizadas por los abogados defensores de ambos detenidos.
Rivera Rodríguez se encuentra preso en la cárcel La Picota, al sur de Bogotá, mientras que sobre Medina pesa una orden de detención que hasta el momento las autoridades colombianas han sido incapaces de ejecutar.
Para la periodista cada audiencia es importante, es esperanza, es lucha, pero sobre todo es la búsqueda de justicia. En los alegatos finales del pasado 23 y 24 de noviembre, expuso y analizó de manera profunda ante el juez las pruebas que incriminan a los acusados en parte de los vejámenes de los que fue objeto.
En esa intensa lucha, Claudia Julieta no ha estado sola. En los últimos años ha tenido aliados importantes, entre ellos la Federación Internacional de Periodistas (FIP); la Federación Colombiana de Periodistas (Fecolper); los sindicatos noruego e inglés de periodistas; la Agrupación de Periodistas de FSC-CCOO; la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP); la International Women’s Media Foundation (IWMF); Media Legal Defense Iniative (MLDI); Rory Peck Trust; Front Line Defenders; Reporteros Sin Fronteras (RSF); la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH); y Brigadas Internacionales de Paz (PBI) por sus siglas en inglés.
A los integrantes de PBI, Duque los llama sus ángeles de la guarda porque la acompañan por todo el territorio colombiano no sólo para darle su respaldo, sino también para garantizar su seguridad.
En un reportaje publicado por la FIP el 5 de mayo de 2017 titulado: «La investigación que le cambió la vida a la periodista Claudia Julieta Duque», se relatan los vejámenes que la periodista ha tenido que soportar durante más de 10 años, quien asegura tener «plena certeza de que lo que he sufrido durante todos estos años es por las investigaciones en el caso de Jaime Garzón, que es el crimen que más le ha dolido al país después de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán».