Amnistía Internacional lamenta la noticia del indulto concedido a Alberto Fujimori el día de hoy en medio de dudas sobre la transparencia, objetividad y el respeto al debido proceso que deberán ser resueltas de forma urgente por el presidente Kuczynski. Esta medida se produce luego que el pasado jueves se votó en el Congreso de la República una moción de vacancia en contra del presidente peruano que fue desestimada por falta de votos.
Esta medida, que anula la sentencia del 2009 por delitos de lesa humanidad, va en contra de las obligaciones del Estado peruano frente al derecho internacional y es una mancha en la lucha por justicia para las víctimas de violaciones a los derechos humanos en el Perú. Asimismo, debilita la lucha contra la impunidad en el Perú al librar a Fujimori de un proceso penal en curso por la matanza de seis campesinos en la localidad de Pativilca, en la sierra central del país.
En octubre de este año la organización hizo llegar una carta al presidente instándolo a responder al llamado de audiencia solicitado por las familias de las víctimas de los casos La Cantuta y Barrios Altos, por los que Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel, y explicar los motivos de un potencial indulto. Esta petición nunca tuvo respuesta. Con este acto queda entendido que las víctimas de violaciones a los derechos humanos no son prioridad para el presidente Kuczynski y que su voz no ha sido ni será escuchada.
La sentencia a Alberto Fujimori representó un momento decisivo en la lucha contra la impunidad en Perú y la región, y mostró que nadie está exento de rendir cuentas por violaciones a los derechos humanos. Con la medida tomada hoy por el presidente Kuczynski se aplica un duro golpe a la lucha por justicia de las víctimas del conflicto armado interno en el país, la cual exige urgente e inmediata a las víctimas y a la sociedad peruana.
Foto: Joel Alonzo/Crónica Viva