La Oficina Regional para América del Sur del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos lamentó la decisión del presidente Pedro Pablo Kuczynski, de otorgar un indulto humanitario y derecho de gracia en favor de Alberto Fujimori Fujimori.
Fujimori, que fue presidente del Perú de 1990 al año 2000, fue sentenciado el 2009 a 25 años de prisión por serias violaciones de derechos humanos.
“La concesión de indultos es una prerrogativa que exige un análisis riguroso en cada caso, considerando la gravedad de los hechos en el marco de un proceso transparente e inclusivo, a la luz de las normas internacionales de derechos humanos”, dijo Amerigo Incalcaterra, representante del Alto Comisionado para América Latina, en un comunicado.
Incalcaterra destacó que “las decisiones de las autoridades deben respetar siempre la obligación del Estado de investigar, procesar y sancionar las violaciones de derechos humanos, evitando cualquier situación que pueda llevar a la impunidad”.
Subrayó, además, que la sentencia contra Alberto Fujimori marcó un hito histórico para Perú y la región de América Latina en materia de lucha contra la impunidad por graves crímenes de derechos humanos.
Precisamente, tras una visita a Perú en octubre, el Alto Comisionado Zeid Ra’ad Al Hussein, recalcó a las autoridades peruanas que, por su gravedad, los crímenes cometidos por Fujimori “son del interés de la comunidad internacional en su conjunto”.
El presidente Pedro Pablo Kuczynski, en uso de sus atribuciones constitucionales, decidió el último domingo conceder el indulto humanitario a Alberto Fujimori (1990-2000), así como a otras siete personas en similar condición.
El anuncio de este indulto se hizo mediante un comunicado oficial, emitido por la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República, teniendo entre sus argumentos la salud del exmandatario, quien continúa bajo cuidados médicos en una clínica de Pueblo Libre.
Alberto Fujimori estaba sentenciado a 25 años de prisión por el crimen de La Cantuta y Barrios Altos, y el secuestro del empresario Samuel Dyer y el periodista Gustavo Gorritti.